A R A T H I A M A I T R E Y A
C
A N T O
A L
S O L
J
Los cuadernos de ARATHIA
MAITREYA, han sido escritos, en su original, en caligrafía manuscrita, en los
que no existe en absoluto, enmienda, tachaduras, o cambio de vocablos. O de puntuación.
Ella misma los ha transcrito en
manuscrito dactilografiado, escogiendo la forma más conveniente para su
impresión final, incluyendo dibujos, incluso, que en ciertos cuadernos no
pudieron copiarse con la apropiada precisión.
Dichos dibujos, forman parte
integral de este mensaje “Maitréyico”, siendo el original, obvio, el más válido
para su momento de expansión áurica.
ARATHIA MAITREYA, recompone
así, la dimensión escrita-hablada-dibujada, en un solo vacío. En una sola línea. En un mensaje único, en que el respiro no
cambió, ni vibró en otro tono que no fuera el Primero. Ese real, que inspirado en la LUZ, forma el
Canal Sublime.
El REAL, motivado por el Prana de quien
conoce el SOL, y es su Habitante.
En estos Cuadernos se incluye, además,
LA CARTILLA DEL PANDA, que ha sido escrito por un "aspecto" o
"Conciencia diferida" dentro de la UNIDAD TOTAL en que
ARATHÍA-MAITREYA Es. Y es en este Cuaderno,
en realidad, que ARATHAIA anuncia ahora ese esperado Paradigma.
La NUEVA CREACIÓN es una realidad.
En la “Hora de los Siete Colores”, se habló del
“Mensajero”: ese que habita en la Mansión Secreta, donde mora la Rosa, y su
perfume.
La delicia de su aroma confunde, a veces, esa que
llamaríamos la aquiescencia divina, con el éxtasis místico.
Es por ello, la Rosa, y su Amrita amoroso, tan preciado en
los campos del dios Eros. Ese culpable
de las flechas de Amor...
Ese que vaga por los bosques musgosos de verdes únicos y
olores a madroño, y decide asaltar al caminante con su flecha incendiada,
haciéndolo su víctima de amorosa victoria.
Peligroso, en verdad, es tal caballerito con las flechas y
el Arco.
No hay que ponerse muy a mano, no sea que él descubra
nuestra sombra, y decida lanzar su flecha ardida.
En lides del Amor, bien estará no hacer de blanco, pues no
compensa en nada. Más vale ser arquera.
O mejor: ser la flecha.
Y con este preámbulo, sobre lo que llamaba el Mensajero,
abro este mi Canto al Sol.
Mi Canto a su aquiescencia de luces tributarias en sonido
de Amor. En raudo grito que se eleva
como los gavilanes, y las águilas: más allá de sus lides libertarias.
Más acá de mi anhelo, que descubre en su Ser de Luz
Poniente la Historia de mi Raza, y al Alba, cuando canta como una llama que
agoniza, la Historia de los Fuegos: el del Amor, o esencia de la Vida, y el de
la muerte, o Ciencia Oculta.
Cuántas veces pasamos por un estadio restrictivo o
conspirador de luz dañina, sin saberlo.
Y cuántas otras, no nos
apercibimos ni siquiera de estar en medio al Sol en su plena potencia
constructora. En su radio de acción de
gran poder, equivalente a la Armonía de todo el Universo.
Cuántas veces perdemos ese Canto, y no escuchamos nada.
Nada...
¡Qué triste historia... sí...!
La de la nada, en medio a un Canto tan sublime, y de tal
esplendor.
Hay que estar ciegos, obvio, para no ver la vibración de
aquel sonido único que es la corriente iridisada que desciende del Sol, en su
esplendente aura de negación total.
O sea, cuando su intensa fuerza hace vibrar al máximo la
potencia nocturna de su esencia, y dilucida así, con esa sombra de gran
capacidad en el perímetro orbital de su radio menor, la acción
centrifugada. O Acción de Luz
centrífuga, vulcanizada por dos ramas de su centro vital: la Tierra y Marte.
Así, parte la Acción de su luz permanente, y así la
conocemos, quienes vemos en ella la raíz de la Vida en el Planeta.
O la razón de Ser, de la actitud celeste, que sería en
esferas de valores sublimes, la razón de la Raza de los seres humanos, en su
mayor entrada al Universo.
Al Sistema Solar.
No siempre vemos lo que los ojos ven, ni oímos lo que reciben los oídos. Esto es Ley conocida por los esoteristas,
como también es cierto, que no siempre se escuchan los sonidos del Logos, en su
esencia Mayor: o esencia de bondad subliminal.
La esencia de bondad, en el Canto del Sol, es una esencia
reducida a su expresión menor, pues de otro modo el ser humano no podría
alcanzar la bondad que la caracteriza, ni podría aproximarse a aquella radiación
que polariza con su esencia llamada por nosotros -desde tiempos perdidos en
memoria- de luz reducidora.
O la esencia perdida.
Así se la conoce en estadios menores. O estadios de su acción centrífuga menor.
La acción reducidora, no es otra cosa que la acción
detractora: o más corrientemente conocida como la acción solar en su oponente
recurrencia, en las horas llamadas mediodía.
Recurrencia solar, en esta acción reducidora, o detractora,
constituye para los investigadores cientifistas, un fenómeno orgánico de lo que
se llamó una vez reducción molecular
partenogenética. O simplemente se
calificó como fenómeno “orgónico”.
En estas deducciones, se contrapusieron dos teoría
complementarias, a nivel cognicitivo, y una basada en la síntesis intuitiva,
que las dos anteriores proponían.
Fue así, como se logró en campos cientifistas ayudar a una
mayor comprensión del fenómeno de la radioactividad presente en los rayos
ultravioleta, o rayos tamásicos, para ampliar con esta información los
parámetros desviados que se venían usando con la medida solar equívoca.
O sea: se venían reduciendo en la atmósfera media del
Planeta en que vivimos, los sonidos actuantes, en luz centrifugada, sin que la
raza humana quisiera darse cuenta de esta acción indirecta de su desequilibrio,
incluyendo el genético, en sus cuadros totales.
El grito, pues, fue fuerte, y la vibración que acompañó tal
reducción de acción desnuclearizadora, fue sin duda una marca en la Historia
científica del Mundo.
Se redujeron los protones circulares de polaridades
opuestas a la de su propio sistema, evacuador de energía atómica, y se
descentralizaron, en iguales condiciones de dinámica termonuclear, las dos
paredes contendoras, que sostienen el sistema evacuante y recipiente de su
energía eléctrica.
Con este primer grito, pues, la humanidad oyó su voz.
Y redujo su canto de voraz enemiga de la Aurora naciente.
Pero el ser humano tiene memoria reducida, cuando se trata
de registros en que la Historia de la Raza tiene memoria colectiva, pues no
registra sino en tono menor, los cambios de la Raza.
O sea, no le interesa reducir la experiencia a un simple
canto, en que el registro fuera oído por más o menos largo tiempo.
Si el sonido no lo oye en más o menos grandes proporciones
para su oído débil ya, en recepciones de valores sutiles, entonces cierra esa
válvula que él llamaría la historia de los tiempos, y hablará, entonces, de
Progreso.
No será necesario, sinembargo, en el tiempo futuro abrir de
nuevo el Archivo Akhásico a niveles de lectura histórica de la Raza Humana y
sus progresos, o sus adversidades.
Se prepara -eso está más que claro en los anales de la
Historia de los Tiempos- la Gran Ascensión del Canto Unico.
Y el Astro Solar, con su energía extensiva y detractora,
prepara igualmente en zonas de radiación ígnea descendente, una cadena simple,
o cadena de fuego radioactivo. El
depósito, está preparándose hace mil años, con la participación de la Jerarquía
Mayor, que tiene a su cargo la radiación menor de la esfera terrestre, y la
composición solar planetaria.
Con este mensaje expansivo, de composición netamente
objetiva en su Centro de Acción centrífuga y de menor acción en zonas
retroactivas circulares, o divisibles, la radiación solar intensificará su
beneficio en retroacción significativa; y así, la ciencia, comprobará con mayor
eficacia en su lectura -de todos modos aproximativa- la centrifugación anímica,
en zonas de ozono fluídico y ozono mineralizante.
La radiación de tipo fluídico, que ocupará -o distribuirá-
diferentes zonas del Planeta, en la atmósfera media, recibirá, a su vez, el
beneficio activo, de su mensaje ozónico desnuclearizador.
Los medios más eficaces para la recepción de este sonido
único del Astro Rey, serán los normales y cotidianos, que fueran empleados en
momentos de Ascención Progresiva de la Raza.
Fueron medios de gran sacralidad, obviamente, y en su
simple expresión se buscaba siempre una medida ritualizadora, que no
significara, en ningún momento, la pérdida de expresión personal.
Los movimientos que entonces promueven tal ritual, en
cadena sincronizadora y perfecta en su ritmo, no son otros que los de un propio
ritmo de armonía, centrada en la cultura odierna de esos pueblos que siguen la
Armonía Universal.
Poco podría decirse de aquellos pueblos bárbaros, que declararon
siempre guerras a las culturas ascendentes.
De ellos quedarán, como siempre, sólo la memoria de su acto
perdido en vanas esperanzas de poder retroactivado.
Las zonas de poder que trabajan esas culturas, o Raza en
descenso, no han pertenecido nunca al Archivo Central de las zonas estelares,
donde se graban las huellas, o búsquedas humanas.
El retroceso, en zonas de gran desequilibrio universal, en
nuestro momento, es notable, en su curva ascendente, en la que se puede
distinguir la vibración de la energía desincronizadora en cúmulos
organizativos, de material ionisado y bio-magnético; lo que estaría por
producir, en términos básicos de geología menor, la desentegración masiva de
recursos minerales poderosos, para la sobrevivencia sana de nuestro Planeta, y
de centros constructores de energía positiva, en regiones desnuclearizantes.
La reducción de la dinámica estelar, primordial en el
avance de la búsqueda mayor de la llamada Raza Humana, en nuestros días, ha
sido evidentemente, una estrategia sincronizada por leyes de tipo cósmico, y
nos demuestra -en su convincente ritmo-, cómo la Ley Cósmica está desarrollando
el Oponente.
Aquel que se menciona en los momentos de desarticulación
total de una dinámica descentralizadora.
O dinámica de percepción orgónica, como la calificarían los buscadores
de esta energía organizativa en la esencia orgométrica.
Orgométrica, en lenguaje sideral, considera la materia
reducidora de núcleo positivo, y reclama a su vez, un lenguaje sobre la
capacidad vivificante que esta misma materia posee, en términos de dinamismo
desnuclearizante.
Los términos empleados, podrán proyectarse, sólo en un
futuro, en el que se absorberán las mismas leyes rectificadoras cientifistas
que el ser humano ha querido imponer, en un lenguaje ajeno al que dinamiza el
Conocimiento Perfecto.
Los términos impuestos, pues, por esta nueva esencia del
Conocimiento Perfecto, son leyes de capacidad cognocitiva absoluta, que no
tienen raíces de promoción única, o asimilable sólo para ciertas esferas.
La dinámica activa de este nuevo lenguaje, incorpora, a su
vez, el código cifrado de esencias básicas de composición universal. Y no divagarán los términos, en ocasiones,
con el propósito de divergencias, o incertezas en su ecuación generativa.
Las razones precisas, para lanzar hoy día este mensaje,
denominado Canto al Sol, no tienen en su centro activo, otra motivación que la
de aclarar -si bien hoy por hoy resulte oscuro o hermético el lenguaje- la
diversidad en el empleo mismo de las leyes fonéticas.
La rigidez, con que ciertos grupos, o escuelas,
particularmente de método cientifista, o religioso, en su gran mayoría, ha
empleado para explicar, sus descubrimientos, o doctrinas, no deja ningún lugar
a duda, sobre la necesarísima rotura que se verificará, negando,
entonces, los principios fundamentales con que se crearan estas normas.
O ciencias religiosas.
La incapacidad, fundamentalista, con que ciertos espíritus
abiertos a la investigación científica han abierto sus escuelas, demostró a lo
largo de la historia de la Raza Humana, un potencial ambiguo y seductor: la
esencia del Saber Omnipotente.
Con ella, juega el Hombre, desde el principio de los
tiempos.
Los movimientos,
que indican en la
estratosfera aquellos círculos de luz
refleja, que el ser humano puede percibir con el órgano visual, no son
otra cosa que la percepción oblicua,
o percepción desintegrada, en la expresión total
de su gran difusión complementaria.
La difusión complementaria, en la atmósfera que circunda la
llamada luz solar, no es otra que la capacidad terrícola de sumergirse
en la región canicular de su propia
atmósfera interior, o mejor la llamaríamos -en este caso de extensión
territorial- de visión interna de las cosas.
Y ello incluye la atmósfera, y su aspecto solar, en el activo momento de
su manifestación media; ya que la manifestación total no la ve, ni la
comprendería el ser humano, en esta región atmosférica que se nos es dado
presenciar.
La percepción áurica del fenómeno solar, sólo puede
obtenerse, de manera complementaria, además, en regiones de acumulación
vibracional, o sean las zonas emergentes, en que se realizan todas las visiones
positivas del aspectro solar, y con ellas
la recuperación de su manifestación eminente.
En los estudios que el ser humano ha llevado a cabo sobre
el aspectro -o espectro- solar, ha salido de manera siempre relevante su
aspecto potencial no revelado, sino mímimamente; lo que ha ayudado, también, a
dilucidar en el aspecto orgónico, la virginidad de nuestro conocimiento real, a
este respecto.
No por desconocer cierto Orden permanente de nuestro propio
sistema, llamado solar, varían los aspectos de su Centro vibratorio, o Centro
de contacto, con el género humano, y la comunicación que acarrea consigo la
recuperabilidad acelerante de su mensaje cotidiano.
En los anales, o Archivos Akhásicos, que le son permitidos
a ciertos tipos de conciencia avanzada, se pueden ver, o leer, las serias
disposiciones que ha tomado la Jerarquía, con respecto a la Tierra.
Decíamos antes, que la Jerarquía Planetaria, es una Entidad
reconocida sólo por aquellos y aquellas que han desarrollado la esencia de su
Ser a niveles de conciencia liberatoria; cuyo índice vibratorio alcanza,
igualmente, una economía total en su expansión tamásica, y ayuda a disolver en
menores grados de peligrosidad integral, la Razón Pura.
O Razón de la “cámara desierta”.
Esta cámara liberatoria, reduce el sonido compresor y
disgrega en frecuencia positiva las ondas vibratorias que conllevan sonido y
Logos, en sus manifestaciones de tipo secularizado.
La manifestación, pues, de ciertas esferas radioactivas,
que podrían producir en la genética del llamado género humano, una
manifestación despolarizada, no podrían captarse sino por medios absolutamente
inocuos a la vibración molecular, de su sistema parcial: o sistema de
dispositivos moleculares centrífugos.
En la iniciación llamada de la Divina Esencia, existen dos
corrientes, de intensísimo ritmo Kundalínico, en las que se desarrollan, por la
primera vez las condiciones -o concientización- anímicas indispensables al paso
de la corriente ígnea, hacia la correspondencia solar, en esencia
purificatoria.
La Esencia Solar, purificada y en estado de permanencia
dinamizada en regiones ígneas inferiores, formarán, entonces, una capa de
protección profundamente estable, y lograrán así, la disociación total de la
materia ambibalente, en regiones de origen estelar.
Estas regiones, originalmente, fueron destinadas a
servicios de Amor en esferas interplanetarias, y eran consideradas entonces,
regiones ígneas de contención sideral, básicamente.
Ahora, en el cambio que se está produciendo en la Tierra, y
en sus componentes aeróbicos, o aerodinamizadores del sistema conocido como
sistema organizado, en los siete planetas descubiertos hasta el presente -sin
incluír el nuevo descubrimiento que se ha denominado Vulcano en el mundo
científico, por ser planeta de luz roja, como Marte- no se podrá más tener como
punto de referencia cósmica, la línea sideral de un planeta “regente” de la
Tierra, que abarcaba hasta ahora, sus leyes orbitales de orden conocido como
diurno, en su esfera nocturna y viceversa; sino que más bien habrá que
considerar como posibilidad, o alternativa, la disposición central, a la que
estará expuesto nuestro Planeta, en el ciclo presente.
No siempre se ha podido hacer referencia de los disturbios
causales efectuados en la atmósfera inferior de la Tierra, por no haber tenido
el ser humano la capacidad de absorber ese tipo de mensaje; y los dispositivos
favorables, no han sido puestos a la disposición pública de la cadena
informativa oficial, por los mismos motivos.
La necesidad, pues, que ha siempre existido en los períodos
de emergencia sideral masiva, de hacer conocer al Mundo -en mayor o
menor escala de absorción- ha tenido que obviarse, con medios indirectos, y es
por ello que esta información en clave, obvio, ha sido recibida siempre en
agrupaciones reducidísimas, en culturas purificadas, o simplemente se han
transmitido por medio directo, a través de uno de los miembros de la Galaxia de
Sirio.
Esta entidad, trabaja en la gran mayoría de los casos, de
manera totalmente secreta, y su personalidad humana, rara vez se concretiza
públicamente.
En los momentos en que la absorción total de tal información
logra sintetizarse, entonces se revela esta Mensajera, o Entidad Estelar, y la
Tierra, dinamizada ahora por su acción de Amor, revelada y reveladora,
sintetizará, a su vez este espacio entre el mensaje recibido por interacción
sideral Mayor, y la propia experiencia: o llamémosla mejor, capacidad
interpretativa.
Sólo en los casos de un concreto Avatar de Amor, se logra
conocer a la Entidad Estelar, perteneciente a la dinámica interna de su propia
galaxia, revelada sólo por acción interactiva: o sea, activada por medio de la
radiación humana compuesta. Gracias a
ello, logra, por ende, manifestarse a la mayoría de sus escuchas, que no serán
por cierto, demasiado conscientes de su presencia activa, en momentos de su
acción directa comunicativa, y que por demás, no podrán tener contacto con esta
Mensajera, o Entidad Estelar, sino en regiones de avanzadísima Conciencia; cosa
que ocurrirá en contadísimas ocasiones.
Es pues, la misión de la Entidad Estelar, designada en su
dimensión de Avatar de Amor Absoluto, el permanecer -en la gran mayoría de los
casos - totalmente al oscuro.
De otro modo, el Mundo absorberá el propósito estelar, de
manera inapropiada, pues puede perderse fácilmente la calidad de su Acción
Superior, si se traza un diseño demasiado a la ligera. Podría confundirse, entonces, el propósito
Mayor de esta misión, con una aparición más, en nuestro Planeta, de una
“entidad Avatárica” de origen divino.
O sea, aquella o aquel que alcanzó la perfecta iluminación
y la Maestría de ésta, y que emerge entonces, en el Mundo, con la carga de su
misión determinante.
Estos seres, superiores a la entidad llamada humana, por su
grado de iluminación en esferas de Paz y de Conciencia Universal, vienen por lo
general llamados Padres de la Raza, o Padres de Misericordia.
También, hay entre ellos y ellas, la emergencia de gran
iluminación Avatárica permanente, lo que los hará sostener su tejido corporal,
o hábito corpóreo, por un tiempo ilimitado en nuestro Planeta, con el objeto de
educar a grupos especialísimos en su Escuela de Amor, o de “iluminación
Avatárica permanente”.
Ello, ha sido siempre acogido como fenómeno de inmortalidad
con cuerpo y alma, lo que no está muy lejos de la realidad; pero mejor sería
explicarlo como un fenómeno de transmutación de la materia ígnea en materia de
Luz, lo que produce, en general, la exposición del hábito corpóreo anterior a
la transmutación, en constante concentración causal, o anímica superior; lo que
produce el fenómeno de aparición, o “transfiguración” -depende del orden en que
resuelva aparecer- completa.
Estos fenómenos, en sus diversas representaciones, o
“emergencias”, son realizables por medio de la transformación de la materia
humana llamada consagrada, y es así como todos los miembros de la Raza Humana
han sido llamados a lograrlo.
Ante todo, y como Norma de preservación directa y
elemental, se requiere un mímino de ayuda básica, en la búsqueda de su
propósito final.
Y éste, lógicamente, le vendrá señalado sólo cuando el
estadio anímico en sus componentes mayores, haya recorrido en su totalidad las
zonas de Fuego ígneo, y las de Fuego de la metamorfosis.
El Ser de la Raza Nueva, obtendrá pues, en su
transformación vital, un elemento igualmente nuevo, en la Historia de los
Tiempos: el elemento Magno de la “Luz temporal”.
O Luz de Rayo Azul, en su demostración de “permanencia”.
En el momento presente, sólo Aquel o Aquella, que saben, en
su infusión de permanencia perfecta, consagrada por la Gran Fraternidad de los
Hermanos Estelares, la dinámica sideral a seguir en los terrenos
minados de hoy en día; por los que el
Planeta discurre, aparentemente, sin ni siquiera darse cuenta de su tensa
indicación de peligro eminente; podrán servir de “indicadores” eficaces.
De Servidores de la Raza, en su Amor avatárico.
En la llamada “Hora de los Siete
Colores”, se hace
un llamado a la consideración de
elementales consecuencias,
para la Raza Humana presente, y se
describe con énfasis permanente la nueva
educación a la que habrá de recurrirse,
en esta nueva Etapa del Planeta.
Y ahora, en este Canto al Sol, con mayor énfasis aún se va
a recurrir en el llamado de alerta, que deberá ser escuchado por las
conciencias ya desarrolladas. Ellas, pondrán segurísimamente, en movimiento, el
nuevo tipo de forma educativa, al que la generación venidera tendrá que ser
expuesto.
Será un experimento de coloración variadísima, en su
comienzo, y que a medida en que se vayan “ajustando” ciertas cualidades y
ciertos tonos, de excepcional dureza, entonces se recompondrá la tonalidad
justa, reactivando de esa manera la “Ley de la compensación tributaria”, o la
alquimia sagrada; en su Mayor cualidad intrínseca.
De todos modos, el sistema educativo que habrá de emprender
la Nueva Raza, al inicio de su forma cultural, implicará, a la vez, una
renovación iniciática en la Escuela Esotérica.
Lo que producirá, como consecuencia, el cambio de valores consecuentes,
que en el Planeta Tierra se está necesitando, con el fin de obtener un
equilibrio definitivo en la comunicación
de la Raza Humana, con quien ha sido su Creador, en la forma consagrada,
hasta hoy.
Los niveles de comunicación, en evidente desajuste, no
corresponden a ninguna zona -salvo rarísimas excepciones- del Planeta, ni en
las de su estratosfera mayor, desincronizada, totalmente, hoy por hoy, a los
“niveles sagrados”; que han de imponerse siempre en un Planeta, o Centro
Planetario, que quiera estar en concordancia con la “premisa divina” de su
cometido, en los niveles de la Conciencia Superior, o Supra Conciencia.
A estos niveles ha de llegar la Nueva Raza, luego de un
largo período de prueba, en el que se balanceará, primero que todo, su Centro
“vitalizador”, con ritmo y sonido cosmogónico, que lo ha venido verificando,
desde el comienzo de los tiempos, y que en la actual velocidad a que éste está
sometido por su relación anímica “descompensada”, será necesario, pues, el paso
de las Aguas Superiores, o de las Grandes Aguas, como lo describieron los
Maestros del Oráculo, en “I Ching”.
Estas Aguas, astrales, en su dominio conocido y Supra
Reales, en el secreto, habrán de ser realmente canalizadas por corrientes de
menor impulso bio-magnético y así, restituídas a su Canal Mayor, o Zonas de
Quietud Sideral.
En los momentos en que la actual Raza de los Hombres lucha
por la consecución de lo que él denomina “un Mundo mejor”, la situación anímica
del Globo terrestre, ha entrado en la
descomposición acelerativa, y se reducen, aún más, sus niveles comunicativos.
Esta aceleración de tipo homogéneo, en su circuito cerrado,
ha sido localizable gracias a la "labor mística" de grandes Maestos
encarnados por la Acción de la Propia Voluntad, y con ellos, en Grupo
Logoico-Solar, la Acción de dos Avatares en la Manifestación secreta, que
distribuyen en acción cerrada, igualmente, su Energía de Luz Absoluta y
reincorporan con su Amor en Acción Purificatoria, los grandes canales áuricos
de la Zona Mayor, o Manásica, en los “niveles comunicativos” con la
estratosfera lunar y la biosfera marciana.
Nada, en la investigación homogénea de raíz totalmente
primitiva que suspendió a la Raza de los Hombres, en estos siglos llamados del
materialismo, logró organizar con eficacia lo que faltaba al sistema terrestre,
para lograr una rearmonización en sus pulsaciones mentales.
Así pues, su consecuencia obvia: una pérdida del ajuste
armonizador en las zonas llamadas de realización y un funcionamiento
desincronizado en los “canales menores”, o zona de sostén geomántico.
A ésta última, pertenecen los niveles comunicativos de la
Razón Atlante, que consideró la raíz de su estructura como si fuera de
inmediata “transformación” y no logró el equivalente de su propuesta, pues las
Zonas de Poder que se trazaron, a través de ciertas medidas “ocultas”, no
fueron trabajadas con la Conciencia Manásica, purificada; más bien se trató de
una manipulación de construcciones accesibles al poder que había obtenido esta
Raza. No a la finalidad Logoico-Solar,
que ordenara su “división inmanente”.
En la dimensión o “esfera” que trabaja la Gran Jerarquía
Planetaria, se consideran dos principios de esplendor positivo y tres
Manifestaciones, reducidoras, como la básica transmutación, para el ser que
ocupa un cuerpo Manásico, en un hábito corpóreo, en el Planeta Tierra.
Estos dos principios, o articulaciones de origen
Logoico-Solar, tienen a su vez, dos compuestos de origen extraplanetario, lo
que permite a la entidad homogénea realizada, la construcción de su Canal de
“vaporización”, o Canal Logoico-Solar, en su actitud Superior: o sea, aquella
que alcanza la realización Suprema, en la Escala de Re.
O escala de Sonido Mayor centralizado.
Vibraciones de altísimo decibel orgónico, tendrá aquel ser
que lleve en su Escala de Re, una Armonía Perfecta.
La Escala de Re, o Sonido Logoico Mayor centralizado, es en
su armoniosa referencia planetaria, un conjunto dinámico y dinamizador, de
corrección continua, de las vibraciones mal ejecutadas por la gran masa
centrípeta del Planeta, y es, por lo tanto, un “localizador” de fallas
atmosféricas. Y de violaciones de leyes descentralizadoras.
El trabajo de quien completa su Acción derivativa, que se
complemente con el de la Gran Jerarquía, es, en general, una comprensión
equilibrada de la Ley de la Síntesis, y con ello justifica entonces su
equivalente de naturaleza humana; o radiación objetiva, como lo llama el
lenguaje sideral.
La “justificación”, entonces, logra a su vez la unión de
los contrarios, y promueve en el ámbito sideral menor, un equilibrio de valor
compositivo, o valor homogéneo; lo que produce en el sistema de su propio
cuerpo Manásico, un material reducidor de excelentes condiciones.
Con este material reducidor, el Ser, que ocupa ya la zona
de valores cognocitivos reales, y podrá ampliar, entonces, la Zona que
constituye la Super-Mente, “anudará”, a su vez, en un encuentro totalizador, el
llamado Karma, en regiones de conexión
áurica independiente.
Esto, implica la imposición del Gran Silencio, y su Escuela
pertenecerá, ahora, a la Escuela de Sirio, o Galaxia Tributaria de la Esfera
Mayor, en la Composición Sideral que rige el Sistema Tributario: al cual
pertenecemos, en el momento actual.
La Galaxia Mayor del Sistema Siriano, ha sido la Galaxia
diseñada en este Ciclo, para reiniciar en el Planeta Tierra, gran parte de la
Enseñanza Nueva, que hará “resurgir” la
Raza del Hombre-Dios.
La disponibilidad de cada ser humano
en este momento de su Historia
Planetaria,
sólo puede medirse por el tipo
vibratorio
a que reponderá la substancia
llamada
“amrita”, en las Escuelas de
nivel esotérico selecto.
Esta “substancia”, no es otra cosa que el producto de la
aceleración compensatoria, a medida que ésta progresa en su información
negativa, y participa en la entrada secreta de la información “circular”, o
positiva.
De todas formas, este fenómeno, así descrito, no es otro
que el cotidiano fenómeno de aceleración; concentrado físicamente en las
regiones de producción “pránica” ígnea, o sea, las regiones donde el Fuego
desciende y asciende, por el canal de la compensación.
En cierta medida, pues, esta compensación se ve
equilibrada, de todas formas, por un canal menos liberado pero igualmente con
función informativa, que localizará la dimensión ígnea en esta zona
“retroactiva”, para así recibir las informaciones básicas, pertinentes al desarrollo
íntegro de la función dinámica, o receptora.
El cumplimiento de las Leyes básicas, o receptivas, que la
materia básica de información humana retira, o pospone, en cada encarnación
definitiva, son recibidas en zonas de esplendor ígneo, como reconocimiento
fundamental, o renovación; en la tarea básica de la transformada materia, o
substancia, llamada humana.
Las informaciones correspondientes a las zonas permisivas,
o zonas de localización, no estarán concentradas en ninguna de las moléculas
que habitualmente han venido informando, hasta el momento, los Archivos de la
Ley Akhásica.
Sinembargo, se “reactiva”, o restablece, la medida Akhásica
Atlante, por un período conveniente, hasta lograr la Imagen Perfecta.
La “Medida Magna”.
La que ha “centrado”, en los Planetas Sagrados, la Imagen
Permanente y definitiva, en su diseño regularizado, con la Voluntad Creadora
Suprema.
La disposición de esta nueva recuperación de cierta
“medida” Atlante, en vísperas del Cambio totalizador, ha sido dispuesta por la
Gran Jerarquía Planetaria, en unión del Gran Consejo de los Hermanos Estelares,
y en vista de la gran permanencia que esta imagen Atlante cumple, se dispondrá,
también, de su reglamentación consagratoria, o Ley Secular permanente.
Ninguna de las medidas atlantes que la Nueva Raza emplea en
su comienzo, responderá, en realidad, a la forma presente: más bien será un
diseño secreto, nuevo, para nuestra Raza actual, y que la Raza de alborada
Atlante recuperara de un “diseño fugaz”, que los Hermanos Estelares permitieron
dibujar, con el propósito de una maduración posterior, que se ve hoy a la
puerta de una casi lograda experiencia.
Unos
cuantos seres, hoy en “encarnación perfecta”, en el Planeta Tierra, dan de viva
voz y de ejemplo continuo, en casi todas las regiones habitadas -incluyendo las
llamadas “salvajes”- y continuarán llamando la atención, en su disponibilidad
total de Servicio de Amor, como es llamado en zonas siderales mayores, y
conseguirán -tarde o temprano- ser oídos, o vistos, por aquellos y aquellas que
reconozcan en estos seres perfectos, la Nueva Raza, de la Era anunciada como
Acuario.
La Nueva Raza, en la Era que ya ha nacido a niveles
cósmicos, y precipita su esplendor total a nivel etérico total, igualmente, ha
sido constituída, ante todo, con el “descenso” de Avatares de Luz Absoluta, en
su misión de Amor Perfecto.
La Raza, que hoy constituye el género llamado Humano, no ha
sido todavía “descentrada” en su inmanencia, pero lo será, en poco tiempo, de
manera total.
Así, con la capacidad que la Nueva Raza obtiene por derecho
de Nacimiento Real, o declinación del Padre Absoluto, se diseñará lo que
hoy en día se podría llamar el Magnífico Ser de la Galaxia, o la Estrella
Viviente.
Y con la gran sintonía que habrá alcanzado la materia de
Luz, habitante perfecto del que ahora será la Estrella viviente, la
materia real, dará, a su vez, nacimiento a la Raza de Acuario, en su más
poderoso hábito corpóreo: que habrá mutado, en sintonía y ritmo.
Y sobre todo, ya se habrá tramutado, en el Ente Perfecto, a
todos los niveles.
La retirada de las llamadas “fuerzas del mal”, por
doctrinas que conciben la parte negativa de la materia de luz en oposición a su
equivalente Superior, o Sombra Magna, no ha de ser una guerra vencida, o
dispuesta, como lo quieren algunos -y lo piensan muchos- por materiales
bélicos, ni por ejércitos armados, sino que va a ser el resultado de la Magna
“contienda”, a niveles no alcanzados, aún, ni siquiera en la Mente Superior de
los Hombres de hoy.
La contienda será efectuada por energías de tipo
“evacuador”, que realizará, en su mayor expresión evocativa, un extensísimo
diseño de tipo cósmico-solar, en el que los seres humanos -entonces presentes
en conciencia menor- reconocerán la llamada Mano del Creador Supremo del Universo.
Su contención, sacralizará zonas desacralizadas por el
Hombre, en su estadio primigenio de Raza inferior, y convertirá las zonas de
independencia y de concordia, en ejemplares zonas de “liberación”.
De Amor Universal.
De “puente realizado”, lo que elegirá entonces la
Naturaleza divina de esa especie nueva, con las características elegidas por la
rotación vibratoria, que habrá hecho contacto con la Imagen Magna, y a su vez,
habrá realizado su esencia Suprema, en regiones de Gracia.
Las regiones de Gracia, se “conciben” sólo con la
Conciencia Superior en desarrollo pleno, y se reciben, una vez que ese estadio
de Conciencia haya desarrollado, a su vez, la alternativa superior de una
“medida” en apariencia humana, pero en su “contención” de ser de los estratos
estelares: o sea, una medida baja, a lo mejor, en la realización intrínseca de
su manera ígnea, lo que la forma con una esencia descendente, pero la realidad
de su medida eterna, cambiaría de frecuencia de sonido.
Sería una “vibración”, más que una forma.
La realización en tonos de vibración exterior, es una
empresa que ya se inició en los últimos ciclos de la llamada Raza Humana, y que
se ha ido recomponiendo en la misma medida que se ha reformado, además, su aura
vibratoria.
Los ciclos, o medidas de tiempo que la historia de las
Razas, en sus diferentes expresiones, o medidas, han presenciado, sin emitir el
sonido Logoico-Solar en todo su expresivo espectro de nutriente supremo, han
sido ciclos de nutrición anímica reducida, y en la gran mayoría de sus aspectos
de desarrollo espiritual, se han visto en las zonas vibratorias mayores, la
“capacidad perdida” o la consagración negativa, en extensos grupos homogéneos.
Estos grupos, han siempre tenido una capacidad de
rehabilitación, concentrada en su dimensión logoico-solar; lo que ha permitido,
ahora, “reducir”, igualmente, la concentrada Imagen logoico-totalizadora. O sea, la Imagen, que la purificación de las
Aguas Astrales, ha de confeccionar, en materia “luminosa”.
En “esencia realizadora”, como es la luz del Sol.
En los tiempos llamados modernos, los
investigadores de la Ciencia
Esotérica, han
venido descubriendo en su
campo de nutrición,
o campo “semántico”, una raíz
de orden perfecto; ya que la distribución de la naturaleza y su esoterismo
vital, la prepara de todas maneras -y en todos los terrenos- para producirle al
buscador en esa Ciencia, la determinante y fundamental Piedra Fisosofal,
llamada también Piedra de la Locura.
Los aciertos o desaciertos, pues, en sus resultados o
propuestas -aquellas de los estudiosos- habrán de ser meditadas y dadas con
eficacia al público atento y reflexivo, como medida de purificación.
En la materia inferior, existen, siempre, residuos del
Conocimiento esotérico de capas provenientes de sistemas de enseñanzas no
conocidas en nuestras escuelas cotidianas, como tales; pero que sinembargo, y a
pesar de no “filtrarse” éstas directamente, proveen al estudiante precoz de
abundante material, en este campo.
Todo, en el mundo exotérico, provee su correspondiente
vitalizador, que conlleva el mensaje “escondido”, como dirían los “iniciados”
de escuelas menores.
Pero lo importante, en este momento de la Historia de los
Tiempos, no es la relevancia que tenga, o no, la llamada Ciencia Esotérica,
sino más bien, la forma en que esta Enseñanza ha regresado, a medios de
altísimos valores radioactivados por la Conciencia Media, o Conciencia
Manásica.
Los “reducidores” de la progresión totalizadora, a que
viene siempre sometida una progresiva avanzada, en el campo “manásico”, son
reducidores de gran potencia evolutiva; y con ellos se restaura - en la
Historia de los Tiempos- la Ciencia de la Vida del Espíritu.
O “Manas”, para otros, que dilucidan la materia-espíritu,
como cuerpo mental.
El caso, es que en todos los campos de la Naturaleza, como
decíamos antes, se establece, tarde o temprano, un puente de esplendor positivo
centrifugante, y con éste, la posibilidad áurica, abierta de todas maneras, a
cualquier tipo de sensibilidad investigativa.
No curiosa, insistimos.
La curiosidad es sólo parte de inquietudes no resueltas, a niveles muy
inferiores, y al menos que conlleve -como en los niños- un grado de pureza
vital reducida en su “aliciente menor”, no se podrá nunca aplicar en este campo
de la Ciencia Esotérica.
Bien conocidos han sido, desde siempre, sus resultados
nefastos.
El engaño, como en los casos de la sed de Poder, no tendrán
otro resultado que la aniquilación del Centro áurico “descentralizador”,
produciendo los daños -y las alucinaciones- que la zona cerebral menor acusa en
forma de locura: o pérdida de la Conciencia Química.
O Conciencia “alquimizante”.
La Conciencia que trae consigo la “derivación” divina, en
el Ser Humano estudioso de su propia esencia, y deseoso de trascender, en su
naturaleza inferior.
Sólo aquella, o aquel, que constituyan ese “puente”, de
sano resplandor y aura desintegrada por la evacuación de poluciones internas
negativas, podrá obtener el máximo Poder, cuando se tratará de equilibrarlo, en
relaciones peligrosas; como son la
Conciencia Manásica Inferior, con sed de amor ajeno, por ejemplo.
Ese que lleva a guerras fratricidas, y a “rechinar de
dientes”, en profundas cavernas de dolor absoluto.
Las guerras fratricidas, se pueden producir en campos de
acción de voluntad internalizada, lo que ocurre con mayor frecuencia en los
seres humanos no evolucionados en capas de Amor total.
Estos casos, recurren también, con bastante frecuencia, a
la “acción directa”, produciendo, entonces, las fricciones de tipo animal.
La muerte del hermano, o la hermana, es un recurso de orden
telepático, que ha sido “ordenado” en las conciencias menores, de tipo
territorial ansioso de Poder, y que tiene, a su vez, efectos de lucidez feroz,
en esferas compositivas mayores.
Nada extraño, pues, este cuadro, en el territorio llamado
humano, para los conocedores de la Ciencia esotérica.
La “muerte del Hermano”, o la “Hermana”, recurre en nuestra
esencia libertaria, como recurre Dios, en nuestro Espíritu de Luz.
Y es penoso acusarlo, con la Conciencia absolutista, de
quien no tiene Dios, ni Ley...
Entonces, la premisa derrumbará las torres encantadas,
donde mora el Dragón de la ansiedad terrible, y lucirá en su ajeno territorio,
como un Dragón de Paz, que quiere Guerra a Muerte.
La necesidad absoluta de una premisa justa, hace tratar al
estudioso de la Ciencia esotérica, de no vagar por los castillos donde mora ese
tipo de Dragón, sin llevar la coraza de la Vida esplendente.
La que conoce ese “esplendor” y emplea la coraza con madurez,
y Amor de Luz total, sostendrá en su organismo de mortal aquiescencia, la
dramática lucha de la vital aurora, y así, producirá en su Ser “ambiguo”, la
veraz aquiescencia: la Absoluta.
Aquella que recibe aquella espada vencedora, con que venció
Sigfrido a monstruos y a Dragones encantados, llegará a la Montaña, donde mora
la Luz de la Esperanza.
Esa que duerme en las tormentas de rayos y volcanes en
erupción profunda.
Esa que llora, de pura soledad, pues el olvido de la
criatura humana la relegó a perder su propio nombre.
Aquella vencedora, de raíz generosa y sangre sin temor de
ser perdida, resurgirá como la Muerte, que resurgió de entre las piedras de los
muros sagrados de la Jerusalem, ciudad de Dios.
Levantará su voz la Muerte, y ella “oirá”, por la primera
vez, el mensaje de Amor, de aquella Mensajera.
Levantará su tono abierto, de seguidora audaz de la
Tiniebla; pero será vano su “rostro”, para quien “vió” y “oyó” su aliento de
ceniza.
No oirán, las Guerreras, ni Guerreros, de la Luz Absoluta,
otro canto más bello que nuestro Canto al Sol, y con él, la conciencia de la
tiniebla audaz, en su moción de marioneta, perderá su esplendor de Maga de los
circos.
La Guerrera de Luz, abrirá los castillos encantados, con la
espada de Fuego que hace rugir de espanto a aquella Bestia Oscura.
Y así será la Historia de los Tiempos, de ahora en
adelante: ese rugir feroz, y esa batalla audaz, de las Guerreras de la Luz.
La “Raza de los Hombres”, señalamos en varias ocasiones, ha
de ceder terreno en su fulgor alucinado que lo atraviesa como una cimitarra que
no tuviera dueño, y lo lleva al barranco, donde está el precipicio.
De no ceder en su ambición profunda, la Raza de los
Hombres, habrá de posponer la Guerra de los sexos, en que viene empeñándose
desde que el Mundo es Mundo de “misterios” y de rituales fálicos, y tendrá que
observarse en el espejo: ese que celebrara su forma de muñeco, con corazón de
piedra dura.
Sólo quien “oiga”, y “vea” en sí, la eterna aventurera, o
Maga de los Tiempos, podrá restituirse en este Juego Cósmico, donde el
Divino Infante traza su Dibujo.
Y en su espectacular momento, tal es su ritmo y su sonido,
en concordancia cósmica con la Orquesta Magna que El dirige, se expande aquella
Luz, de Amor, y de Armonía; como aquella que con los oídos mortales podemos
escuchar, a plena voz de amor, de aquellos instrumentos con que los artistas de
la música, se ofrecen y regalan, para
hacernos llegar a esferas divinas: la melodía de Luz, es como aquel Concierto
de Sibelius, que un gran Maestro suena, y nos arrebata en pleno centro, donde
arde el corazón.
La Orquesta Cósmica es un todo, con la Armonía Universal, y
transmite su esencia, luego que recibió la información totalizadora, para
darnos, así, la “receptividad única”, en su Lenguaje Eterno.
La Sinfonía del Universo, o el Mensaje del infinito
dinamismo, que también se ha llamado la música de las esferas, no se hará
sentir, al menos de estar el ser humano preparado, en su esencia dinamizadora,
que activa la sensibilidad del oído interno.
Es allí, en la zona absoluta de esplendente sonido, que el Divino
Infante ejecuta, en compañía del “Lêela” del Universo, su dinámica de único
resultado para quien la sabe escuchar.
Se necesita, esto es bien cierto, un adiestramiento de
avanzadísima frecuencia, cuando es es un aspirante a la audición absoluta.
Y se necesita, a la vez, una gran disponibilidad al Lêela:
al Juego del Divino Infante, en cualquiera de sus propuestas, o dimensiones:
porque son muchas.
No se forma un coro sutil, con elementos de Esferas
dinamizantes de radiación etérica absoluta, como no se formaría, jamás, un
concentrado luminoso, sin su masa energética.
Es por ello, que la Gran Sinfonía de los Astros, la
realizan los grandes Directores de la Esfera Naciente, y la Esfera Poniente.
Una decisión coral, sólo podría exigirse, en la naturaleza
ígnea, digamos, en un caso de “realización perfecta” de un Maestro de Zonas de
Esplendor Centrifugado.
Sólo él, tendrá el poder de orquestar ese coro luminoso, y
producir el Canto a la Naturaleza, que habrá de ser la Ley de un nuevo ritmo
descendente, con su adagio de amor.
El Maestro de Zonas descendentes, conoce bien su orquesta,
y “juega” también él, a disonancias y falsetes, como sólo en las zonas de
cambio térmico-nuclear pueden lograrse.
Todo es música, aquí, en nuestro Canto al Sol.
Las reglas del sonido y las vibrantes notas de sus
instrumentos, vitalizados por la Luz del esplendor realizativo, o
esplendor de función dinamizado por la
genética de tierra, que es la que rige nuestra esencia, sólo podrán ser
valoradas, o puestas en Acción, por Maestros Supremos.
En el Planeta en que vivimos, estos Maestros, y Maestras,
viven la Historia de los Tiempos con ritmo diferente, y saben distinguir, a
distancias enormes, y a sonidos casi que imposibles, el esplendor del Astro
Rey, en su Canto Absoluto.
Ellas y Ellos, lo saben orquestar. Dirigir sus adagios y sus vibratos,
con la experiencia y la responsabilidad que les ha sido dada en la Escuela de
Música Estelar.
La Maestra Estelar, dispone de un agudísimo sentido, que no
poseen los mortales, y que es inútil de buscar, en las inmediaciones de la
Tierra, pues proviene de zonas no reconocidas, aún, por los seres humanos; que
ven en la negrura, y oyen en los más caóticos rumores, jamás imaginables de
“entender” como música astral, que es lo que en realidad compone su ritmo y
vibración.
No podrá, por lo tanto, ese ser, desprovisto de la alta
cualidad del “oído” supremo -ese que escucha en la más alta de las cumbres el
silencio Supremo del Mandala Estelar- discernir en las bajas calidades de los
rumores caóticos que la Tierra produce, hoy por hoy, en la gran mayoría de los
ámbitos.
No importa dónde, se sitúe, el ser humano está expuesto a
los ruidos de las máquinas, a la electricidad que las impulsa, o al motor de
explosión. A la música loca y sin
control de ritmos decibélicos frenéticos, que llega a todas partes, y traspasa
los muros de todas las maneras, posibles e “imposibles”.
Son ritmos que catalizan el sistema “nutriente” que los ha
producido, y que conecta su terrificante ambiente con Sinfonías Oscuras, de
décimo nivel, en la Escala Estelar.
Al contemplar el espectáculo que ofrece tal vibración en su
maniobra máxima y extensión decibélica fortuita, más que concebida por un “azar
divino”, la Maestra Estelar en Música de Amor, puede reconocer la lógica -si la
palabra sirve, en esferas “ilógicas”- del movimiento rítmico, que prepara el
“Oponente”.
Aquel, de quien se habló hace pocas páginas. El que señalará la vieja tradición
hermenéutica como un desdoblamiento recurrente, que debe capacitar al ser
humano simple, en su comprensión posible de las leyes del Universo.
La hermenéutica, o acto consagratorio de la
interpretación positiva de las cosas, y
de los ritmos o fluidos que éstas “registran”, ha de confirmar, nuevamente;
como en tiempos de permanencia básica en que esta Ciencia fue particularmente
dirigida, en su vibración mayor, por entidades estelares, en posición de
“esplendor” positivo; la gran “conflagración”
cósmica.
Esa, que el Logos, en permanencia de Luz “dispuesta” o de
valores “ascendentes”, confirma, a su vez, por voz de los Hermanos Estelares.
Y por los Avatares encarnados en la Tierra, desde el inicio
de la “vasta zona esotérica”, que comenzó a reabrir sus puertas, a
comienzos de nuestro siglo veinte.
Ahora, en descenso cualitativo, en zonas de “esplendor”
positivo y retroactivo, la cualidad mayor de la propuesta avatárica, de los
Hermanos Estelares, y su “encarnación” Humana -efectuada en momentos en que los
dos Hemisferios centrales de la Tierra se encontraran bajo presiones de tipo
bélico ostentoso y violento, en su presión “determinativa”; o circular- así, por medio de su eflujo reproductivo,
reparte en zona virgen -o zona oculta- su emisión temporal.
Su “mensaje” perfecto.
Su Amor Excelso y Unico, hijo de la matriz reproductora que
diera Luz a "Kristos".
Así, también, en su determinante acción de totalizadora del
mensaje avatárico estelar, “resuelve”, en su ejercicio de dinamizadora única
del Padre de la Raza, o “Padre de los ciegos”, unir los hemisferios estelares
de extensión “no-dinámica-solar”, con las puertas de Luz, que anunciara el
Enviado, cinco “ciclos” atrás.
Las puertas del “Infierno”.
La Mensajera, o Entidad Estelar, en su
total aquiescencia en su mayor desarrollo en síntesis del Amor Absoluto,
provee en este mismo instante, o momento “celeste”, de un movimiento
sincronizador, a las órbitas estelares de mayor composición térmica de factor nuclearizador; y “recibe”,
a su vez, los factores negativos de la Acción determinante de la Raza de
Hoy, como un Luz que “absorbe” en su
corriente áurica, el “castigo” de dioses iracundos.
La Mensajera, olvida su tormento, en aras de la Luz de Amor
que la “formara”, y esparce aroma de Rosa, en su delirio de agonía.
La Mensajera, parte, hacia el Canto Mayor, y la acompaña el
Sol, como Hermano presente, en esa esencia que ella cumple, con su hábito
corpóreo: porque su cuerpo es Luz, en “emergencia” libre. Sana.
Olvidada de adioses, o violencias.
Ausente, en el Enigma de la “vida” y la “muerte”.
Retomará la rienda de su Luz inmanente, y “callará” la
Aurora Boreal, en el momento cúlmine. En
su “entrada” Total a la región de los
ocasos, de donde bajará la que llamamos “diónisis”, o virtud del “llamado” a
las estrellas. De comunicación
interactiva, con sus fuentes de celo libertario.
La Mensajera no es un dios, pues no provee al ser humano de
un hábito irreal para probar su “esencia” sideral.
No necesita “comprobar” lo que ya comprobaron sus Hermanos,
en distintas Galaxias del Sistema de Sirio.
La Entidad Estelar, no necesita esos vestidos de oropeles,
o incienso en permanencia.
Puede vivir bajo la Tierra, como hacen las hormigas, o
dormir en los árboles, igual que las alondras, y puede, sobre todo, respirar
bajo el agua, como los cocodrilos.
Puede volverse roca, como un cristal de cuarzo puro.
O Fuego...
¡O Sol...! O
Estrella luminosa, que destila la esencia de su Esencia, y que no piensa en
ser, porque dejó de “ser” desde su “nacimiento”.
La Estrella del Amor, que la bendijo con su nombre de
ternura sin límites y le donara su “ambición” de ser Hija Absoluta, la recibe
en la Noche; como recibe el esplendor de una presencia única, que “fue y
volvió”, gracias a su tezón.
A su empeño “guerrero”.
A Voluntad, de Amor Total.
Y así, la Estrella de la Noche, con su fulgor naciendo en
la Esperanza, despide el Rayo del Amor Ancestral, y “desciende” del trono
libertario, para monopolizar, con la espada de Fuego de una Guerrera de la Paz,
la confirmación “áurica” de su precioso linaje: de Guerreras del Arcoiris.
Las Guerreras de Luz Absoluta, que Ella formó de sus
entrañas vírgenes, y dió a la Tierra, como ofrenda de Amor.
A su Imagen de Estrella refulgente, se debe ese “esplendor”
que ahora la Tierra escucha, sin percibir siquiera ese silencio eterno, que
anunciara su vuelta al Infinito.
Su Presencia es de Sol, y su imagen de “Sombra
Permanente”. En “Ello” vive, ahora.
No habría que temer jamás las
consecuencias atmosféricas que una corriente
ígnea Superior produce en el cuerpo sideral, al comienzo de su efluvio matutino,
sino más bien reconocer en la expresión “sincrónica” de su amoroso despertar,
ese Amor Sideral, que sólo ella -la Mensajera- produce, en este Canto al Sol.
Región canicular habita, ahora.
Rodeada por el Fuego, voraz en su esplendor, y dulce fuego
pleno, en su expresión de alto nivel “condensatorio”, o nivel avanzado.
Sólo puede “permitirse” una vez, en ciclos “alternativos”,
la discriminación áurica estelar, que provee a la Entidad humana de su “cuerpo
estelar transitorio”, y desarrolla, así, la disposición etérica ígnea, que
regirá entonces su Centro de Esplendor Natural, y su “composición” Magna.
Por ello, con la aquiescencia lunar de su correspondiente
Hermano, ha “emergido” en la Tierra, prevaliendo a toda “composición” hasta
ahora conocida.
No por “desconocida”, esta Esencia, ha dejado de Ser, en la
atmósfera sideral que compensa la biosfera terrestre y “respira” su acción
determinante, como respira un ave.
O “respira” una Rosa.
La “respiración” condescendiente, de la Maga Real, no es la
respiración “menor”, de Juego pránico sutil que emplea en este momento la Raza
de los Hombres, ni es tampoco la “respiración ígnea” del Fohat.
Es un “enigma” verdadero, su involucro sutil, como lo será
su “identidad”, para el “futuro”.
La “realización” de una Maestra Estelar, ha iniciado la
Escuela Aurica, en su tono de Azul de Noche constelada.
En la misma manera que un ruiseñor comienza su trinar en la
noche cerrada, ella anunció su “vuelo”; en permanencia, desde el Azul de una
mañana oscurecida por la niebla.
No había Sol, entonces.
Sólo el vago resplandor de su “presencia”, iluminante y
recio, en su secuencia sin aurora.
La “nodriza” que trajo al Mundo aquella Estrella Azul de
Cielo Libertario, preconizó con aquel “parto”, la Entrada Cósmica de Dios en la
Esfera del Sol, y “describió” el evento como “un Amanecer, en tierra fría”.
Lleno de Luz de Aurora Borealis, fue pues, su paso hacia la
Vida, en la Primera Estanza de su sueño de niña.
De Luna pequeñita.
Y describieron -aquellos que la “vieron”- cómo su rostro no
era el mismo de la primera vez que se “escondió” del Mundo, sino más bien la
Esencia de una flor; que vaga por la atmósfera...
O un canto...
O más bien un adiós que se menciona a cada paso, y que
cubre los rostros de millones de seres; porque en todos, era ella, la que se
estaba despidiendo.
Y no partió herida; ni por las flechas de Cupido, que trató
de engañarla con sus inspirados amoríos y grandes amarteles, pues la quería
ahogar, con el fueguito de su aliento; ni tampoco la hirió la Rosa, con su
espina.
Sólo la amaron las amantes doncellas de la Luz de la
Aurora, y con ellas se fue a la misma Noche de los Tiempos, de que hablan los
escribas. Y con ellas murió, mil y una
vez... encendida en sus cantos, y en sus risas.
Ciega de Luz de Amor...
Amamantada por sus pechos, libres de sus corazas de
Amazonas.
La hirió el Amor de la Doncella Vírgen, Dulce de aromas y
de gritos voraces, en los momentos de amargura.
Pero reconoció en su grito la Pureza.
Y comenzó a temblar de Goce, entonces.
A devorarse aquella sensación que la esperaba al alba, y al
ocaso.
Fue el “ocultar” un rito de ambas. Y así nació la Estrella del Amor.
De aquella unión de Amor, inmaculado, y maldecido, por los
escribas ciegos.
Hegemonía fue su
res- pirar
constante, en un delirio sin anhelos,
pues el Anhelo ya no estaba.
La Luz del Sol se
fue con ellas, y su perenne abrazo.
Locarno
-Brione- XII - 88-
(Suiza)
Este cuaderno ha sido inspirado, en su secuencia
de tensión “fohática” por el Maestro K.H. y el Maestro M.
A Ellos, con mi reverente Amor, agradezco la
inmensa Obra que realizan en este Planeta.
Arathia Maitreya
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