Friday 13 February 2015

Canto al Sol I




A R A T H I A    M A I T R E Y A


                             




C  A  N  T  O



                                                   A  L



                                            S   O   L




                                                          J




                 Los cuadernos de ARATHIA MAITREYA, han sido escritos, en su original, en caligrafía manuscrita, en los que no existe en absoluto, enmienda, tachaduras, o cambio de vocablos.  O de puntuación.
                 Ella misma los ha transcrito en manuscrito dactilografiado, escogiendo la forma más conveniente para su impresión final, incluyendo dibujos, incluso, que en ciertos cuadernos no pudieron copiarse con la apropiada precisión.
                 Dichos dibujos, forman parte integral de este mensaje “Maitréyico”, siendo el original, obvio, el más válido para su momento de expansión áurica.
                 ARATHIA MAITREYA, recompone así, la dimensión escrita-hablada-dibujada, en un solo vacío.  En una sola línea.  En un mensaje único, en que el respiro no cambió, ni vibró en otro tono que no fuera el Primero.  Ese real, que inspirado en la LUZ, forma el Canal Sublime.
         El REAL, motivado por el Prana de quien conoce el SOL, y es su Habitante.
         En estos Cuadernos se incluye, además, LA CARTILLA DEL PANDA, que ha sido escrito por un "aspecto" o "Conciencia diferida" dentro de la UNIDAD TOTAL en que ARATHÍA-MAITREYA Es.  Y es en este Cuaderno, en realidad, que ARATHAIA anuncia ahora ese esperado Paradigma.
         La NUEVA CREACIÓN es una realidad.






          En la “Hora de los Siete Colores”, se habló del “Mensajero”: ese que habita en la Mansión Secreta, donde mora la Rosa, y su perfume.
          La delicia de su aroma confunde, a veces, esa que llamaríamos la aquiescencia divina, con el éxtasis místico.
          Es por ello, la Rosa, y su Amrita amoroso, tan preciado en los campos del dios Eros.  Ese culpable de las flechas de Amor...
          Ese que vaga por los bosques musgosos de verdes únicos y olores a madroño, y decide asaltar al caminante con su flecha incendiada, haciéndolo su víctima de amorosa victoria.
          Peligroso, en verdad, es tal caballerito con las flechas y el Arco.
          No hay que ponerse muy a mano, no sea que él descubra nuestra sombra, y decida lanzar su flecha ardida.
          En lides del Amor, bien estará no hacer de blanco, pues no compensa en nada.  Más vale ser arquera.
          O mejor: ser la flecha.
          Y con este preámbulo, sobre lo que llamaba el Mensajero, abro este mi Canto al Sol.
          Mi Canto a su aquiescencia de luces tributarias en sonido de Amor.  En raudo grito que se eleva como los gavilanes, y las águilas: más allá de sus lides libertarias.
          Más acá de mi anhelo, que descubre en su Ser de Luz Poniente la Historia de mi Raza, y al Alba, cuando canta como una llama que agoniza, la Historia de los Fuegos: el del Amor, o esencia de la Vida, y el de la muerte, o Ciencia Oculta.
          Cuántas veces pasamos por un estadio restrictivo o conspirador de luz dañina, sin saberlo.  Y  cuántas otras, no nos apercibimos ni siquiera de estar en medio al Sol en su plena potencia constructora.  En su radio de acción de gran poder, equivalente a la Armonía de todo el Universo.
          Cuántas veces perdemos ese Canto, y no escuchamos nada.
          Nada...
          ¡Qué triste historia... sí...!
          La de la nada, en medio a un Canto tan sublime, y de tal esplendor.
          Hay que estar ciegos, obvio, para no ver la vibración de aquel sonido único que es la corriente iridisada que desciende del Sol, en su esplendente aura de negación total.
          O sea, cuando su intensa fuerza hace vibrar al máximo la potencia nocturna de su esencia, y dilucida así, con esa sombra de gran capacidad en el perímetro orbital de su radio menor, la acción centrifugada.  O Acción de Luz centrífuga, vulcanizada por dos ramas de su centro vital: la Tierra y Marte.
          Así, parte la Acción de su luz permanente, y así la conocemos, quienes vemos en ella la raíz de la Vida en el Planeta.
          O la razón de Ser, de la actitud celeste, que sería en esferas de valores sublimes, la razón de la Raza de los seres humanos, en su mayor entrada al Universo.
          Al Sistema Solar.
          No siempre vemos lo que los ojos ven, ni oímos  lo que reciben los oídos.  Esto es Ley conocida por los esoteristas, como también es cierto, que no siempre se escuchan los sonidos del Logos, en su esencia Mayor: o esencia de bondad subliminal.
          La esencia de bondad, en el Canto del Sol, es una esencia reducida a su expresión menor, pues de otro modo el ser humano no podría alcanzar la bondad que la caracteriza, ni podría aproximarse a aquella radiación que polariza con su esencia llamada por nosotros -desde tiempos perdidos en memoria- de luz reducidora.
          O la esencia perdida.
          Así se la conoce en estadios menores.  O estadios de su acción centrífuga menor.
          La acción reducidora, no es otra cosa que la acción detractora: o más corrientemente conocida como la acción solar en su oponente recurrencia, en las horas llamadas mediodía.
          Recurrencia solar, en esta acción reducidora, o detractora, constituye para los investigadores cientifistas, un fenómeno orgánico de lo que se llamó una vez reducción  molecular partenogenética.  O simplemente se calificó como fenómeno “orgónico”.
          En estas deducciones, se contrapusieron dos teoría complementarias, a nivel cognicitivo, y una basada en la síntesis intuitiva, que las dos anteriores proponían.
          Fue así, como se logró en campos cientifistas ayudar a una mayor comprensión del fenómeno de la radioactividad presente en los rayos ultravioleta, o rayos tamásicos, para ampliar con esta información los parámetros desviados que se venían usando con la medida solar equívoca.
          O sea: se venían reduciendo en la atmósfera media del Planeta en que vivimos, los sonidos actuantes, en luz centrifugada, sin que la raza humana quisiera darse cuenta de esta acción indirecta de su desequilibrio, incluyendo el genético, en sus cuadros totales.
          El grito, pues, fue fuerte, y la vibración que acompañó tal reducción de acción desnuclearizadora, fue sin duda una marca en la Historia científica del Mundo.
          Se redujeron los protones circulares de polaridades opuestas a la de su propio sistema, evacuador de energía atómica, y se descentralizaron, en iguales condiciones de dinámica termonuclear, las dos paredes contendoras, que sostienen el sistema evacuante y recipiente de su energía eléctrica.
          Con este primer grito, pues, la humanidad oyó su voz.
          Y redujo su canto de voraz enemiga de la Aurora naciente.
          Pero el ser humano tiene memoria reducida, cuando se trata de registros en que la Historia de la Raza tiene memoria colectiva, pues no registra sino en tono menor, los cambios de la Raza.
          O sea, no le interesa reducir la experiencia a un simple canto, en que el registro fuera oído por más o menos largo tiempo.
          Si el sonido no lo oye en más o menos grandes proporciones para su oído débil ya, en recepciones de valores sutiles, entonces cierra esa válvula que él llamaría la historia de los tiempos, y hablará, entonces, de Progreso.
          No será necesario, sinembargo, en el tiempo futuro abrir de nuevo el Archivo Akhásico a niveles de lectura histórica de la Raza Humana y sus progresos, o sus adversidades.
          Se prepara -eso está más que claro en los anales de la Historia de los Tiempos- la Gran Ascensión del Canto Unico.
          Y el Astro Solar, con su energía extensiva y detractora, prepara igualmente en zonas de radiación ígnea descendente, una cadena simple, o cadena de fuego radioactivo.  El depósito, está preparándose hace mil años, con la participación de la Jerarquía Mayor, que tiene a su cargo la radiación menor de la esfera terrestre, y la composición solar planetaria.
          Con este mensaje expansivo, de composición netamente objetiva en su Centro de Acción centrífuga y de menor acción en zonas retroactivas circulares, o divisibles, la radiación solar intensificará su beneficio en retroacción significativa; y así, la ciencia, comprobará con mayor eficacia en su lectura -de todos modos aproximativa- la centrifugación anímica, en zonas de ozono fluídico y ozono mineralizante.
          La radiación de tipo fluídico, que ocupará -o distribuirá- diferentes zonas del Planeta, en la atmósfera media, recibirá, a su vez, el beneficio activo, de su mensaje ozónico desnuclearizador.
          Los medios más eficaces para la recepción de este sonido único del Astro Rey, serán los normales y cotidianos, que fueran empleados en momentos de Ascención Progresiva de la Raza.
          Fueron medios de gran sacralidad, obviamente, y en su simple expresión se buscaba siempre una medida ritualizadora, que no significara, en ningún momento, la pérdida de expresión personal.
          Los movimientos que entonces promueven tal ritual, en cadena sincronizadora y perfecta en su ritmo, no son otros que los de un propio ritmo de armonía, centrada en la cultura odierna de esos pueblos que siguen la Armonía Universal.
          Poco podría decirse de aquellos pueblos bárbaros, que declararon siempre guerras a las culturas ascendentes.
          De ellos quedarán, como siempre, sólo la memoria de su acto perdido en vanas esperanzas de poder retroactivado.
          Las zonas de poder que trabajan esas culturas, o Raza en descenso, no han pertenecido nunca al Archivo Central de las zonas estelares, donde se graban las huellas, o búsquedas humanas.
          El retroceso, en zonas de gran desequilibrio universal, en nuestro momento, es notable, en su curva ascendente, en la que se puede distinguir la vibración de la energía desincronizadora en cúmulos organizativos, de material ionisado y bio-magnético; lo que estaría por producir, en términos básicos de geología menor, la desentegración masiva de recursos minerales poderosos, para la sobrevivencia sana de nuestro Planeta, y de centros constructores de energía positiva, en regiones desnuclearizantes.
          La reducción de la dinámica estelar, primordial en el avance de la búsqueda mayor de la llamada Raza Humana, en nuestros días, ha sido evidentemente, una estrategia sincronizada por leyes de tipo cósmico, y nos demuestra -en su convincente ritmo-, cómo la Ley Cósmica está desarrollando el Oponente.
          Aquel que se menciona en los momentos de desarticulación total de una dinámica descentralizadora.  O dinámica de percepción orgónica, como la calificarían los buscadores de esta energía organizativa en la esencia orgométrica.
          Orgométrica, en lenguaje sideral, considera la materia reducidora de núcleo positivo, y reclama a su vez, un lenguaje sobre la capacidad vivificante que esta misma materia posee, en términos de dinamismo desnuclearizante.
          Los términos empleados, podrán proyectarse, sólo en un futuro, en el que se absorberán las mismas leyes rectificadoras cientifistas que el ser humano ha querido imponer, en un lenguaje ajeno al que dinamiza el Conocimiento Perfecto.
          Los términos impuestos, pues, por esta nueva esencia del Conocimiento Perfecto, son leyes de capacidad cognocitiva absoluta, que no tienen raíces de promoción única, o asimilable sólo para ciertas esferas.
          La dinámica activa de este nuevo lenguaje, incorpora, a su vez, el código cifrado de esencias básicas de composición universal.  Y no divagarán los términos, en ocasiones, con el propósito de divergencias, o incertezas en su ecuación generativa.
          Las razones precisas, para lanzar hoy día este mensaje, denominado Canto al Sol, no tienen en su centro activo, otra motivación que la de aclarar -si bien hoy por hoy resulte oscuro o hermético el lenguaje- la diversidad en el empleo mismo de las leyes fonéticas.
          La rigidez, con que ciertos grupos, o escuelas, particularmente de método cientifista, o religioso, en su gran mayoría, ha empleado para explicar, sus descubrimientos, o doctrinas, no deja ningún lugar a duda, sobre la necesarísima rotura que se verificará, negando, entonces, los principios fundamentales con que se crearan estas normas.
          O ciencias religiosas.
          La incapacidad, fundamentalista, con que ciertos espíritus abiertos a la investigación científica han abierto sus escuelas, demostró a lo largo de la historia de la Raza Humana, un potencial ambiguo y seductor: la esencia del Saber Omnipotente.
          Con ella, juega el Hombre, desde el principio de los tiempos.








                                                  Los movimientos,
                                                  que indican en la estratosfera aquellos círculos de                                                   luz refleja, que el ser humano puede percibir con el                                               órgano visual, no son otra cosa que la percepción                                                   oblicua, o percepción desintegrada, en la expresión                                              total de su gran difusión complementaria.
          La difusión complementaria, en la atmósfera que circunda la llamada luz solar, no es otra que la capacidad terrícola de sumergirse en la región  canicular de su propia atmósfera interior, o mejor la llamaríamos -en este caso de extensión territorial- de visión interna de las cosas.  Y ello incluye la atmósfera, y su aspecto solar, en el activo momento de su manifestación media; ya que la manifestación total no la ve, ni la comprendería el ser humano, en esta región atmosférica que se nos es dado presenciar.
          La percepción áurica del fenómeno solar, sólo puede obtenerse, de manera complementaria, además, en regiones de acumulación vibracional, o sean las zonas emergentes, en que se realizan todas las visiones positivas del aspectro solar, y con ellas  la recuperación de su manifestación eminente.
          En los estudios que el ser humano ha llevado a cabo sobre el aspectro -o espectro- solar, ha salido de manera siempre relevante su aspecto potencial no revelado, sino mímimamente; lo que ha ayudado, también, a dilucidar en el aspecto orgónico, la virginidad de nuestro conocimiento real, a este respecto.
          No por desconocer cierto Orden permanente de nuestro propio sistema, llamado solar, varían los aspectos de su Centro vibratorio, o Centro de contacto, con el género humano, y la comunicación que acarrea consigo la recuperabilidad acelerante de su mensaje cotidiano.
          En los anales, o Archivos Akhásicos, que le son permitidos a ciertos tipos de conciencia avanzada, se pueden ver, o leer, las serias disposiciones que ha tomado la Jerarquía, con respecto a la Tierra.
          Decíamos antes, que la Jerarquía Planetaria, es una Entidad reconocida sólo por aquellos y aquellas que han desarrollado la esencia de su Ser a niveles de conciencia liberatoria; cuyo índice vibratorio alcanza, igualmente, una economía total en su expansión tamásica, y ayuda a disolver en menores grados de peligrosidad integral, la Razón Pura.
          O Razón de la “cámara desierta”.
          Esta cámara liberatoria, reduce el sonido compresor y disgrega en frecuencia positiva las ondas vibratorias que conllevan sonido y Logos, en sus manifestaciones de tipo secularizado.
          La manifestación, pues, de ciertas esferas radioactivas, que podrían producir en la genética del llamado género humano, una manifestación despolarizada, no podrían captarse sino por medios absolutamente inocuos a la vibración molecular, de su sistema parcial: o sistema de dispositivos moleculares centrífugos.
          En la iniciación llamada de la Divina Esencia, existen dos corrientes, de intensísimo ritmo Kundalínico, en las que se desarrollan, por la primera vez las condiciones -o concientización- anímicas indispensables al paso de la corriente ígnea, hacia la correspondencia solar, en esencia purificatoria.
          La Esencia Solar, purificada y en estado de permanencia dinamizada en regiones ígneas inferiores, formarán, entonces, una capa de protección profundamente estable, y lograrán así, la disociación total de la materia ambibalente, en regiones de origen estelar.
          Estas regiones, originalmente, fueron destinadas a servicios de Amor en esferas interplanetarias, y eran consideradas entonces, regiones ígneas de contención sideral, básicamente.
          Ahora, en el cambio que se está produciendo en la Tierra, y en sus componentes aeróbicos, o aerodinamizadores del sistema conocido como sistema organizado, en los siete planetas descubiertos hasta el presente -sin incluír el nuevo descubrimiento que se ha denominado Vulcano en el mundo científico, por ser planeta de luz roja, como Marte- no se podrá más tener como punto de referencia cósmica, la línea sideral de un planeta “regente” de la Tierra, que abarcaba hasta ahora, sus leyes orbitales de orden conocido como diurno, en su esfera nocturna y viceversa; sino que más bien habrá que considerar como posibilidad, o alternativa, la disposición central, a la que estará expuesto nuestro Planeta, en el ciclo presente.
          No siempre se ha podido hacer referencia de los disturbios causales efectuados en la atmósfera inferior de la Tierra, por no haber tenido el ser humano la capacidad de absorber ese tipo de mensaje; y los dispositivos favorables, no han sido puestos a la disposición pública de la cadena informativa oficial, por los mismos motivos.
          La necesidad, pues, que ha siempre existido en los períodos de emergencia sideral masiva, de hacer conocer al Mundo -en mayor o menor escala de absorción- ha tenido que obviarse, con medios indirectos, y es por ello que esta información en clave, obvio, ha sido recibida siempre en agrupaciones reducidísimas, en culturas purificadas, o simplemente se han transmitido por medio directo, a través de uno de los miembros de la Galaxia de Sirio.
          Esta entidad, trabaja en la gran mayoría de los casos, de manera totalmente secreta, y su personalidad humana, rara vez se concretiza públicamente.
          En los momentos en que la absorción total de tal información logra sintetizarse, entonces se revela esta Mensajera, o Entidad Estelar, y la Tierra, dinamizada ahora por su acción de Amor, revelada y reveladora, sintetizará, a su vez este espacio entre el mensaje recibido por interacción sideral Mayor, y la propia experiencia: o llamémosla mejor, capacidad interpretativa.
          Sólo en los casos de un concreto Avatar de Amor, se logra conocer a la Entidad Estelar, perteneciente a la dinámica interna de su propia galaxia, revelada sólo por acción interactiva: o sea, activada por medio de la radiación humana compuesta.  Gracias a ello, logra, por ende, manifestarse a la mayoría de sus escuchas, que no serán por cierto, demasiado conscientes de su presencia activa, en momentos de su acción directa comunicativa, y que por demás, no podrán tener contacto con esta Mensajera, o Entidad Estelar, sino en regiones de avanzadísima Conciencia; cosa que ocurrirá en contadísimas ocasiones.
          Es pues, la misión de la Entidad Estelar, designada en su dimensión de Avatar de Amor Absoluto, el permanecer -en la gran mayoría de los casos - totalmente al oscuro.
          De otro modo, el Mundo absorberá el propósito estelar, de manera inapropiada, pues puede perderse fácilmente la calidad de su Acción Superior, si se traza un diseño demasiado a la ligera.  Podría confundirse, entonces, el propósito Mayor de esta misión, con una aparición más, en nuestro Planeta, de una “entidad Avatárica” de origen divino.
          O sea, aquella o aquel que alcanzó la perfecta iluminación y la Maestría de ésta, y que emerge entonces, en el Mundo, con la carga de su misión determinante.
          Estos seres, superiores a la entidad llamada humana, por su grado de iluminación en esferas de Paz y de Conciencia Universal, vienen por lo general llamados Padres de la Raza, o Padres de Misericordia.
          También, hay entre ellos y ellas, la emergencia de gran iluminación Avatárica permanente, lo que los hará sostener su tejido corporal, o hábito corpóreo, por un tiempo ilimitado en nuestro Planeta, con el objeto de educar a grupos especialísimos en su Escuela de Amor, o de “iluminación Avatárica permanente”.
          Ello, ha sido siempre acogido como fenómeno de inmortalidad con cuerpo y alma, lo que no está muy lejos de la realidad; pero mejor sería explicarlo como un fenómeno de transmutación de la materia ígnea en materia de Luz, lo que produce, en general, la exposición del hábito corpóreo anterior a la transmutación, en constante concentración causal, o anímica superior; lo que produce el fenómeno de aparición, o “transfiguración” -depende del orden en que resuelva aparecer- completa.
          Estos fenómenos, en sus diversas representaciones, o “emergencias”, son realizables por medio de la transformación de la materia humana llamada consagrada, y es así como todos los miembros de la Raza Humana han sido llamados a lograrlo.
          Ante todo, y como Norma de preservación directa y elemental, se requiere un mímino de ayuda básica, en la búsqueda de su propósito final.
          Y éste, lógicamente, le vendrá señalado sólo cuando el estadio anímico en sus componentes mayores, haya recorrido en su totalidad las zonas de Fuego ígneo, y las de Fuego de la metamorfosis.
          El Ser de la Raza Nueva, obtendrá pues, en su transformación vital, un elemento igualmente nuevo, en la Historia de los Tiempos: el elemento Magno de la “Luz temporal”.
          O Luz de Rayo Azul, en su demostración de “permanencia”.
          En el momento presente, sólo Aquel o Aquella, que saben, en su infusión de permanencia perfecta, consagrada por la Gran Fraternidad de los Hermanos Estelares, la dinámica sideral a seguir en los terrenos minados  de hoy en día; por los que el Planeta discurre, aparentemente, sin ni siquiera darse cuenta de su tensa indicación de peligro eminente; podrán servir de “indicadores” eficaces.
          De Servidores de la Raza, en su Amor avatárico.

           
                                                 











                              En la llamada “Hora de los Siete Colores”, se hace
                              un llamado a la consideración de elementales consecuencias,
                              para la Raza Humana presente, y se describe con énfasis                         permanente la nueva educación a la que habrá de recurrirse,
                              en esta nueva Etapa del Planeta.
          Y ahora, en este Canto al Sol, con mayor énfasis aún se va a recurrir en el llamado de alerta, que deberá ser escuchado por las conciencias ya desarrolladas. Ellas, pondrán segurísimamente, en movimiento, el nuevo tipo de forma educativa, al que la generación venidera tendrá que ser expuesto.
          Será un experimento de coloración variadísima, en su comienzo, y que a medida en que se vayan “ajustando” ciertas cualidades y ciertos tonos, de excepcional dureza, entonces se recompondrá la tonalidad justa, reactivando de esa manera la “Ley de la compensación tributaria”, o la alquimia sagrada; en su Mayor cualidad intrínseca.
          De todos modos, el sistema educativo que habrá de emprender la Nueva Raza, al inicio de su forma cultural, implicará, a la vez, una renovación iniciática en la Escuela Esotérica.  Lo que producirá, como consecuencia, el cambio de valores consecuentes, que en el Planeta Tierra se está necesitando, con el fin de obtener un equilibrio definitivo en la comunicación  de la Raza Humana, con quien ha sido su Creador, en la forma consagrada, hasta hoy.
          Los niveles de comunicación, en evidente desajuste, no corresponden a ninguna zona -salvo rarísimas excepciones- del Planeta, ni en las de su estratosfera mayor, desincronizada, totalmente, hoy por hoy, a los “niveles sagrados”; que han de imponerse siempre en un Planeta, o Centro Planetario, que quiera estar en concordancia con la “premisa divina” de su cometido, en los niveles de la Conciencia Superior, o Supra Conciencia.
          A estos niveles ha de llegar la Nueva Raza, luego de un largo período de prueba, en el que se balanceará, primero que todo, su Centro “vitalizador”, con ritmo y sonido cosmogónico, que lo ha venido verificando, desde el comienzo de los tiempos, y que en la actual velocidad a que éste está sometido por su relación anímica “descompensada”, será necesario, pues, el paso de las Aguas Superiores, o de las Grandes Aguas, como lo describieron los Maestros del Oráculo, en “I Ching”.
          Estas Aguas, astrales, en su dominio conocido y Supra Reales, en el secreto, habrán de ser realmente canalizadas por corrientes de menor impulso bio-magnético y así, restituídas a su Canal Mayor, o Zonas de Quietud Sideral.
          En los momentos en que la actual Raza de los Hombres lucha por la consecución de lo que él denomina “un Mundo mejor”, la situación anímica del  Globo terrestre, ha entrado en la descomposición acelerativa, y se reducen, aún más, sus niveles comunicativos.
          Esta aceleración de tipo homogéneo, en su circuito cerrado, ha sido localizable gracias a la "labor mística" de grandes Maestos encarnados por la Acción de la Propia Voluntad, y con ellos, en Grupo Logoico-Solar, la Acción de dos Avatares en la Manifestación secreta, que distribuyen en acción cerrada, igualmente, su Energía de Luz Absoluta y reincorporan con su Amor en Acción Purificatoria, los grandes canales áuricos de la Zona Mayor, o Manásica, en los “niveles comunicativos” con la estratosfera lunar y la biosfera marciana.
          Nada, en la investigación homogénea de raíz totalmente primitiva que suspendió a la Raza de los Hombres, en estos siglos llamados del materialismo, logró organizar con eficacia lo que faltaba al sistema terrestre, para lograr una rearmonización en sus pulsaciones mentales.
          Así pues, su consecuencia obvia: una pérdida del ajuste armonizador en las zonas llamadas de realización y un funcionamiento desincronizado en los “canales menores”, o zona de sostén geomántico.
          A ésta última, pertenecen los niveles comunicativos de la Razón Atlante, que consideró la raíz de su estructura como si fuera de inmediata “transformación” y no logró el equivalente de su propuesta, pues las Zonas de Poder que se trazaron, a través de ciertas medidas “ocultas”, no fueron trabajadas con la Conciencia Manásica, purificada; más bien se trató de una manipulación de construcciones accesibles al poder que había obtenido esta Raza.  No a la finalidad Logoico-Solar, que ordenara su “división inmanente”.
          En la dimensión o “esfera” que trabaja la Gran Jerarquía Planetaria, se consideran dos principios de esplendor positivo y tres Manifestaciones, reducidoras, como la básica transmutación, para el ser que ocupa un cuerpo Manásico, en un hábito corpóreo, en el Planeta Tierra.
          Estos dos principios, o articulaciones de origen Logoico-Solar, tienen a su vez, dos compuestos de origen extraplanetario, lo que permite a la entidad homogénea realizada, la construcción de su Canal de “vaporización”, o Canal Logoico-Solar, en su actitud Superior: o sea, aquella que alcanza la realización Suprema, en la Escala de Re.
          O escala de Sonido Mayor centralizado.
          Vibraciones de altísimo decibel orgónico, tendrá aquel ser que lleve en su Escala de Re, una Armonía Perfecta.
          La Escala de Re, o Sonido Logoico Mayor centralizado, es en su armoniosa referencia planetaria, un conjunto dinámico y dinamizador, de corrección continua, de las vibraciones mal ejecutadas por la gran masa centrípeta del Planeta, y es, por lo tanto, un “localizador” de fallas atmosféricas.  Y de violaciones de leyes descentralizadoras.
          El trabajo de quien completa su Acción derivativa, que se complemente con el de la Gran Jerarquía, es, en general, una comprensión equilibrada de la Ley de la Síntesis, y con ello justifica entonces su equivalente de naturaleza humana; o radiación objetiva, como lo llama el lenguaje sideral.
          La “justificación”, entonces, logra a su vez la unión de los contrarios, y promueve en el ámbito sideral menor, un equilibrio de valor compositivo, o valor homogéneo; lo que produce en el sistema de su propio cuerpo Manásico, un material reducidor de excelentes condiciones.
          Con este material reducidor, el Ser, que ocupa ya la zona de valores cognocitivos reales, y podrá ampliar, entonces, la Zona que constituye la Super-Mente, “anudará”, a su vez, en un encuentro totalizador, el llamado Karma, en regiones de conexión  áurica independiente.
          Esto, implica la imposición del Gran Silencio, y su Escuela pertenecerá, ahora, a la Escuela de Sirio, o Galaxia Tributaria de la Esfera Mayor, en la Composición Sideral que rige el Sistema Tributario: al cual pertenecemos, en el momento actual.
          La Galaxia Mayor del Sistema Siriano, ha sido la Galaxia diseñada en este Ciclo, para reiniciar en el Planeta Tierra, gran parte de la Enseñanza Nueva, que  hará “resurgir” la Raza del Hombre-Dios.
           























          La disponibilidad de cada ser humano
en este momento de su Historia Planetaria,
sólo puede medirse por el tipo vibratorio
a que reponderá la substancia llamada
“amrita”, en las Escuelas de nivel esotérico selecto.
          Esta “substancia”, no es otra cosa que el producto de la aceleración compensatoria, a medida que ésta progresa en su información negativa, y participa en la entrada secreta de la información “circular”, o positiva.
          De todas formas, este fenómeno, así descrito, no es otro que el cotidiano fenómeno de aceleración; concentrado físicamente en las regiones de producción “pránica” ígnea, o sea, las regiones donde el Fuego desciende y asciende, por el canal de la compensación.
          En cierta medida, pues, esta compensación se ve equilibrada, de todas formas, por un canal menos liberado pero igualmente con función informativa, que localizará la dimensión ígnea en esta zona “retroactiva”, para así recibir las informaciones básicas, pertinentes al desarrollo íntegro de la función dinámica, o receptora.
          El cumplimiento de las Leyes básicas, o receptivas, que la materia básica de información humana retira, o pospone, en cada encarnación definitiva, son recibidas en zonas de esplendor ígneo, como reconocimiento fundamental, o renovación; en la tarea básica de la transformada materia, o substancia, llamada humana.
          Las informaciones correspondientes a las zonas permisivas, o zonas de localización, no estarán concentradas en ninguna de las moléculas que habitualmente han venido informando, hasta el momento, los Archivos de la Ley Akhásica.
          Sinembargo, se “reactiva”, o restablece, la medida Akhásica Atlante, por un período conveniente, hasta lograr la Imagen Perfecta.
          La “Medida Magna”.
          La que ha “centrado”, en los Planetas Sagrados, la Imagen Permanente y definitiva, en su diseño regularizado, con la Voluntad Creadora Suprema.
          La disposición de esta nueva recuperación de cierta “medida” Atlante, en vísperas del Cambio totalizador, ha sido dispuesta por la Gran Jerarquía Planetaria, en unión del Gran Consejo de los Hermanos Estelares, y en vista de la gran permanencia que esta imagen Atlante cumple, se dispondrá, también, de su reglamentación consagratoria, o Ley Secular permanente.
          Ninguna de las medidas atlantes que la Nueva Raza emplea en su comienzo, responderá, en realidad, a la forma presente: más bien será un diseño secreto, nuevo, para nuestra Raza actual, y que la Raza de alborada Atlante recuperara de un “diseño fugaz”, que los Hermanos Estelares permitieron dibujar, con el propósito de una maduración posterior, que se ve hoy a la puerta de una casi lograda experiencia.
          Unos cuantos seres, hoy en “encarnación perfecta”, en el Planeta Tierra, dan de viva voz y de ejemplo continuo, en casi todas las regiones habitadas -incluyendo las llamadas “salvajes”- y continuarán llamando la atención, en su disponibilidad total de Servicio de Amor, como es llamado en zonas siderales mayores, y conseguirán -tarde o temprano- ser oídos, o vistos, por aquellos y aquellas que reconozcan en estos seres perfectos, la Nueva Raza, de la Era anunciada como Acuario.
          La Nueva Raza, en la Era que ya ha nacido a niveles cósmicos, y precipita su esplendor total a nivel etérico total, igualmente, ha sido constituída, ante todo, con el “descenso” de Avatares de Luz Absoluta, en su misión de Amor Perfecto.
          La Raza, que hoy constituye el género llamado Humano, no ha sido todavía “descentrada” en su inmanencia, pero lo será, en poco tiempo, de manera total.
          Así, con la capacidad que la Nueva Raza obtiene por derecho de Nacimiento Real, o declinación del Padre Absoluto, se diseñará lo que hoy en día se podría llamar el Magnífico Ser de la Galaxia, o la Estrella Viviente.
          Y con la gran sintonía que habrá alcanzado la materia de Luz, habitante perfecto del que ahora será la Estrella viviente, la materia real, dará, a su vez, nacimiento a la Raza de Acuario, en su más poderoso hábito corpóreo: que habrá mutado, en sintonía y ritmo.
          Y sobre todo, ya se habrá tramutado, en el Ente Perfecto, a todos los niveles.
          La retirada de las llamadas “fuerzas del mal”, por doctrinas que conciben la parte negativa de la materia de luz en oposición a su equivalente Superior, o Sombra Magna, no ha de ser una guerra vencida, o dispuesta, como lo quieren algunos -y lo piensan muchos- por materiales bélicos, ni por ejércitos armados, sino que va a ser el resultado de la Magna “contienda”, a niveles no alcanzados, aún, ni siquiera en la Mente Superior de los Hombres de hoy.
          La contienda será efectuada por energías de tipo “evacuador”, que realizará, en su mayor expresión evocativa, un extensísimo diseño de tipo cósmico-solar, en el que los seres humanos -entonces presentes en conciencia menor- reconocerán la llamada Mano del Creador Supremo del Universo.
          Su contención, sacralizará zonas desacralizadas por el Hombre, en su estadio primigenio de Raza inferior, y convertirá las zonas de independencia y de concordia, en ejemplares zonas de “liberación”.
          De Amor Universal.
          De “puente realizado”, lo que elegirá entonces la Naturaleza divina de esa especie nueva, con las características elegidas por la rotación vibratoria, que habrá hecho contacto con la Imagen Magna, y a su vez, habrá realizado su esencia Suprema, en regiones de Gracia.
          Las regiones de Gracia, se “conciben” sólo con la Conciencia Superior en desarrollo pleno, y se reciben, una vez que ese estadio de Conciencia haya desarrollado, a su vez, la alternativa superior de una “medida” en apariencia humana, pero en su “contención” de ser de los estratos estelares: o sea, una medida baja, a lo mejor, en la realización intrínseca de su manera ígnea, lo que la forma con una esencia descendente, pero la realidad de su medida eterna, cambiaría de frecuencia de sonido.
          Sería una “vibración”, más que una forma.
          La realización en tonos de vibración exterior, es una empresa que ya se inició en los últimos ciclos de la llamada Raza Humana, y que se ha ido recomponiendo en la misma medida que se ha reformado, además, su aura vibratoria.
          Los ciclos, o medidas de tiempo que la historia de las Razas, en sus diferentes expresiones, o medidas, han presenciado, sin emitir el sonido Logoico-Solar en todo su expresivo espectro de nutriente supremo, han sido ciclos de nutrición anímica reducida, y en la gran mayoría de sus aspectos de desarrollo espiritual, se han visto en las zonas vibratorias mayores, la “capacidad perdida” o la consagración negativa, en extensos grupos homogéneos.
          Estos grupos, han siempre tenido una capacidad de rehabilitación, concentrada en su dimensión logoico-solar; lo que ha permitido, ahora, “reducir”, igualmente, la concentrada Imagen logoico-totalizadora.  O sea, la Imagen, que la purificación de las Aguas Astrales, ha de confeccionar, en materia “luminosa”.
          En “esencia realizadora”, como es la luz del Sol.
         
         
         

         











          En los tiempos llamados modernos, los
investigadores de la Ciencia Esotérica, han
venido descubriendo en su campo de nutrición,
o campo “semántico”, una raíz de orden perfecto; ya que la distribución de la naturaleza y su esoterismo vital, la prepara de todas maneras -y en todos los terrenos- para producirle al buscador en esa Ciencia, la determinante y fundamental Piedra Fisosofal, llamada también Piedra de la Locura.
          Los aciertos o desaciertos, pues, en sus resultados o propuestas -aquellas de los estudiosos- habrán de ser meditadas y dadas con eficacia al público atento y reflexivo, como medida de purificación.
          En la materia inferior, existen, siempre, residuos del Conocimiento esotérico de capas provenientes de sistemas de enseñanzas no conocidas en nuestras escuelas cotidianas, como tales; pero que sinembargo, y a pesar de no “filtrarse” éstas directamente, proveen al estudiante precoz de abundante material, en este campo.
          Todo, en el mundo exotérico, provee su correspondiente vitalizador, que conlleva el mensaje “escondido”, como dirían los “iniciados” de escuelas menores.
          Pero lo importante, en este momento de la Historia de los Tiempos, no es la relevancia que tenga, o no, la llamada Ciencia Esotérica, sino más bien, la forma en que esta Enseñanza ha regresado, a medios de altísimos valores radioactivados por la Conciencia Media, o Conciencia Manásica.
          Los “reducidores” de la progresión totalizadora, a que viene siempre sometida una progresiva avanzada, en el campo “manásico”, son reducidores de gran potencia evolutiva; y con ellos se restaura - en la Historia de los Tiempos- la Ciencia de la Vida del Espíritu.
          O “Manas”, para otros, que dilucidan la materia-espíritu, como cuerpo mental.
          El caso, es que en todos los campos de la Naturaleza, como decíamos antes, se establece, tarde o temprano, un puente de esplendor positivo centrifugante, y con éste, la posibilidad áurica, abierta de todas maneras, a cualquier tipo de sensibilidad investigativa.
          No curiosa, insistimos.  La curiosidad es sólo parte de inquietudes no resueltas, a niveles muy inferiores, y al menos que conlleve -como en los niños- un grado de pureza vital reducida en su “aliciente menor”, no se podrá nunca aplicar en este campo de la Ciencia Esotérica.
          Bien conocidos han sido, desde siempre, sus resultados nefastos.
          El engaño, como en los casos de la sed de Poder, no tendrán otro resultado que la aniquilación del Centro áurico “descentralizador”, produciendo los daños -y las alucinaciones- que la zona cerebral menor acusa en forma de locura: o pérdida de la Conciencia Química.
          O Conciencia “alquimizante”.
          La Conciencia que trae consigo la “derivación” divina, en el Ser Humano estudioso de su propia esencia, y deseoso de trascender, en su naturaleza inferior.
          Sólo aquella, o aquel, que constituyan ese “puente”, de sano resplandor y aura desintegrada por la evacuación de poluciones internas negativas, podrá obtener el máximo Poder, cuando se tratará de equilibrarlo, en relaciones peligrosas; como son  la Conciencia Manásica Inferior, con sed de amor ajeno, por ejemplo.
          Ese que lleva a guerras fratricidas, y a “rechinar de dientes”, en profundas cavernas de dolor absoluto.
          Las guerras fratricidas, se pueden producir en campos de acción de voluntad internalizada, lo que ocurre con mayor frecuencia en los seres humanos no evolucionados en capas de Amor total.
          Estos casos, recurren también, con bastante frecuencia, a la “acción directa”, produciendo, entonces, las fricciones de tipo animal.
          La muerte del hermano, o la hermana, es un recurso de orden telepático, que ha sido “ordenado” en las conciencias menores, de tipo territorial ansioso de Poder, y que tiene, a su vez, efectos de lucidez feroz, en esferas compositivas mayores.
          Nada extraño, pues, este cuadro, en el territorio llamado humano, para los conocedores de la Ciencia esotérica.
          La “muerte del Hermano”, o la “Hermana”, recurre en nuestra esencia libertaria, como recurre Dios, en nuestro Espíritu de Luz.
          Y es penoso acusarlo, con la Conciencia absolutista, de quien no tiene Dios, ni Ley...
          Entonces, la premisa derrumbará las torres encantadas, donde mora el Dragón de la ansiedad terrible, y lucirá en su ajeno territorio, como un Dragón de Paz, que quiere Guerra a Muerte.
          La necesidad absoluta de una premisa justa, hace tratar al estudioso de la Ciencia esotérica, de no vagar por los castillos donde mora ese tipo de Dragón, sin llevar la coraza de la Vida esplendente.
          La que conoce ese “esplendor” y emplea la coraza con madurez, y Amor de Luz total, sostendrá en su organismo de mortal aquiescencia, la dramática lucha de la vital aurora, y así, producirá en su Ser “ambiguo”, la veraz aquiescencia: la Absoluta.
          Aquella que recibe aquella espada vencedora, con que venció Sigfrido a monstruos y a Dragones encantados, llegará a la Montaña, donde mora la Luz de la Esperanza.
          Esa que duerme en las tormentas de rayos y volcanes en erupción profunda.
          Esa que llora, de pura soledad, pues el olvido de la criatura humana la relegó a perder su propio nombre.
          Aquella vencedora, de raíz generosa y sangre sin temor de ser perdida, resurgirá como la Muerte, que resurgió de entre las piedras de los muros sagrados de la Jerusalem, ciudad de Dios.
          Levantará su voz la Muerte, y ella “oirá”, por la primera vez, el mensaje de Amor, de aquella Mensajera.
          Levantará su tono abierto, de seguidora audaz de la Tiniebla; pero será vano su “rostro”, para quien “vió” y “oyó” su aliento de ceniza.
          No oirán, las Guerreras, ni Guerreros, de la Luz Absoluta, otro canto más bello que nuestro Canto al Sol, y con él, la conciencia de la tiniebla audaz, en su moción de marioneta, perderá su esplendor de Maga de los circos.
          La Guerrera de Luz, abrirá los castillos encantados, con la espada de Fuego que hace rugir de espanto a aquella Bestia Oscura.
          Y así será la Historia de los Tiempos, de ahora en adelante: ese rugir feroz, y esa batalla audaz, de las Guerreras de la Luz.
          La “Raza de los Hombres”, señalamos en varias ocasiones, ha de ceder terreno en su fulgor alucinado que lo atraviesa como una cimitarra que no tuviera dueño, y lo lleva al barranco, donde está el precipicio.
          De no ceder en su ambición profunda, la Raza de los Hombres, habrá de posponer la Guerra de los sexos, en que viene empeñándose desde que el Mundo es Mundo de “misterios” y de rituales fálicos, y tendrá que observarse en el espejo: ese que celebrara su forma de muñeco, con corazón de piedra dura.
          Sólo quien “oiga”, y “vea” en sí, la eterna aventurera, o Maga de los Tiempos, podrá restituirse en este Juego Cósmico, donde el Divino Infante traza su Dibujo.
          Y en su espectacular momento, tal es su ritmo y su sonido, en concordancia cósmica con la Orquesta Magna que El dirige, se expande aquella Luz, de Amor, y de Armonía; como aquella que con los oídos mortales podemos escuchar, a plena voz de amor, de aquellos instrumentos con que los artistas de la música, se ofrecen y regalan,  para hacernos llegar a esferas divinas: la melodía de Luz, es como aquel Concierto de Sibelius, que un gran Maestro suena, y nos arrebata en pleno centro, donde arde el corazón.
          La Orquesta Cósmica es un todo, con la Armonía Universal, y transmite su esencia, luego que recibió la información totalizadora, para darnos, así, la “receptividad única”, en su Lenguaje Eterno.
          La Sinfonía del Universo, o el Mensaje del infinito dinamismo, que también se ha llamado la música de las esferas, no se hará sentir, al menos de estar el ser humano preparado, en su esencia dinamizadora, que activa la sensibilidad del oído interno.  Es allí, en la zona absoluta de esplendente sonido, que el Divino Infante ejecuta, en compañía del “Lêela” del Universo, su dinámica de único resultado para quien la sabe escuchar.
          Se necesita, esto es bien cierto, un adiestramiento de avanzadísima frecuencia, cuando es es un aspirante a la audición absoluta.
          Y se necesita, a la vez, una gran disponibilidad al Lêela: al Juego del Divino Infante, en cualquiera de sus propuestas, o dimensiones: porque son muchas.
          No se forma un coro sutil, con elementos de Esferas dinamizantes de radiación etérica absoluta, como no se formaría, jamás, un concentrado luminoso, sin su masa energética.
          Es por ello, que la Gran Sinfonía de los Astros, la realizan los grandes Directores de la Esfera Naciente, y la Esfera Poniente.
          Una decisión coral, sólo podría exigirse, en la naturaleza ígnea, digamos, en un caso de “realización perfecta” de un Maestro de Zonas de Esplendor Centrifugado.
          Sólo él, tendrá el poder de orquestar ese coro luminoso, y producir el Canto a la Naturaleza, que habrá de ser la Ley de un nuevo ritmo descendente, con su adagio de amor.
          El Maestro de Zonas descendentes, conoce bien su orquesta, y “juega” también él, a disonancias y falsetes, como sólo en las zonas de cambio térmico-nuclear pueden lograrse.
          Todo es música, aquí, en nuestro Canto al Sol.
          Las reglas del sonido y las vibrantes notas de sus instrumentos, vitalizados por la Luz del esplendor realizativo, o esplendor  de función dinamizado por la genética de tierra, que es la que rige nuestra esencia, sólo podrán ser valoradas, o puestas en Acción, por Maestros Supremos.
          En el Planeta en que vivimos, estos Maestros, y Maestras, viven la Historia de los Tiempos con ritmo diferente, y saben distinguir, a distancias enormes, y a sonidos casi que imposibles, el esplendor del Astro Rey, en su Canto Absoluto.
          Ellas y Ellos, lo saben orquestar.  Dirigir sus adagios y sus vibratos, con la experiencia y la responsabilidad que les ha sido dada en la Escuela de Música Estelar.
          La Maestra Estelar, dispone de un agudísimo sentido, que no poseen los mortales, y que es inútil de buscar, en las inmediaciones de la Tierra, pues proviene de zonas no reconocidas, aún, por los seres humanos; que ven en la negrura, y oyen en los más caóticos rumores, jamás imaginables de “entender” como música astral, que es lo que en realidad compone su ritmo y vibración.
          No podrá, por lo tanto, ese ser, desprovisto de la alta cualidad del “oído” supremo -ese que escucha en la más alta de las cumbres el silencio Supremo del Mandala Estelar- discernir en las bajas calidades de los rumores caóticos que la Tierra produce, hoy por hoy, en la gran mayoría de los ámbitos.
          No importa dónde, se sitúe, el ser humano está expuesto a los ruidos de las máquinas, a la electricidad que las impulsa, o al motor de explosión.  A la música loca y sin control de ritmos decibélicos frenéticos, que llega a todas partes, y traspasa los muros de todas las maneras, posibles e “imposibles”.
          Son ritmos que catalizan el sistema “nutriente” que los ha producido, y que conecta su terrificante ambiente con Sinfonías Oscuras, de décimo nivel, en la Escala Estelar.
          Al contemplar el espectáculo que ofrece tal vibración en su maniobra máxima y extensión decibélica fortuita, más que concebida por un “azar divino”, la Maestra Estelar en Música de Amor, puede reconocer la lógica -si la palabra sirve, en esferas “ilógicas”- del movimiento rítmico, que prepara el “Oponente”.
          Aquel, de quien se habló hace pocas páginas.  El que señalará la vieja tradición hermenéutica como un desdoblamiento recurrente, que debe capacitar al ser humano simple, en su comprensión posible de las leyes del Universo.
          La hermenéutica, o acto consagratorio de la interpretación  positiva de las cosas, y de los ritmos o fluidos que éstas “registran”, ha de confirmar, nuevamente; como en tiempos de permanencia básica en que esta Ciencia fue particularmente dirigida, en su vibración mayor, por entidades estelares, en posición de “esplendor” positivo; la gran “conflagración”  cósmica.
          Esa, que el Logos, en permanencia de Luz “dispuesta” o de valores “ascendentes”, confirma, a su vez, por voz de los Hermanos Estelares.
          Y por los Avatares encarnados en la Tierra, desde el inicio de la “vasta zona esotérica”, que comenzó a reabrir sus puertas, a comienzos de nuestro siglo veinte.
          Ahora, en descenso cualitativo, en zonas de “esplendor” positivo y retroactivo, la cualidad mayor de la propuesta avatárica, de los Hermanos Estelares, y su “encarnación” Humana -efectuada en momentos en que los dos Hemisferios centrales de la Tierra se encontraran bajo presiones de tipo bélico ostentoso y violento, en su presión “determinativa”; o circular-  así, por medio de su eflujo reproductivo, reparte en zona virgen -o zona oculta- su emisión temporal.
          Su “mensaje” perfecto.
          Su Amor Excelso y Unico, hijo de la matriz reproductora que diera Luz a "Kristos".
          Así, también, en su determinante acción de totalizadora del mensaje avatárico estelar, “resuelve”, en su ejercicio de dinamizadora única del Padre de la Raza, o “Padre de los ciegos”, unir los hemisferios estelares de extensión “no-dinámica-solar”, con las puertas de Luz, que anunciara el Enviado, cinco “ciclos” atrás.
          Las puertas del “Infierno”.
           
         









                              La Mensajera, o Entidad Estelar, en su total aquiescencia en su                               mayor  desarrollo en síntesis del Amor Absoluto, provee en este mismo instante, o momento “celeste”, de un movimiento sincronizador, a las órbitas estelares de mayor composición  térmica de factor nuclearizador; y “recibe”, a su vez, los factores negativos de la Acción determinante de la Raza de Hoy,  como un Luz que “absorbe” en su corriente áurica, el “castigo” de dioses iracundos.
          La Mensajera, olvida su tormento, en aras de la Luz de Amor que la “formara”, y esparce aroma de Rosa, en su delirio de agonía.
          La Mensajera, parte, hacia el Canto Mayor, y la acompaña el Sol, como Hermano presente, en esa esencia que ella cumple, con su hábito corpóreo: porque su cuerpo es Luz, en “emergencia” libre.  Sana.  Olvidada de adioses, o violencias.
          Ausente, en el Enigma de la “vida” y la “muerte”.
          Retomará la rienda de su Luz inmanente, y “callará” la Aurora Boreal, en el momento cúlmine.  En su “entrada”  Total a la región de los ocasos, de donde bajará la que llamamos “diónisis”, o virtud del “llamado” a las estrellas.  De comunicación interactiva, con sus fuentes de celo libertario.
          La Mensajera no es un dios, pues no provee al ser humano de un hábito irreal para probar su “esencia” sideral.
          No necesita “comprobar” lo que ya comprobaron sus Hermanos, en distintas Galaxias del Sistema de Sirio.
          La Entidad Estelar, no necesita esos vestidos de oropeles, o incienso en permanencia.
          Puede vivir bajo la Tierra, como hacen las hormigas, o dormir en los árboles, igual que las alondras, y puede, sobre todo, respirar bajo el agua, como los cocodrilos.
          Puede volverse roca, como un cristal de cuarzo puro.
          O Fuego...
          ¡O Sol...!  O Estrella luminosa, que destila la esencia de su Esencia, y que no piensa en ser, porque dejó de “ser” desde su “nacimiento”.
          La Estrella del Amor, que la bendijo con su nombre de ternura sin límites y le donara su “ambición” de ser Hija Absoluta, la recibe en la Noche; como recibe el esplendor de una presencia única, que “fue y volvió”, gracias a su tezón.
          A su empeño “guerrero”.
          A Voluntad, de Amor Total.
          Y así, la Estrella de la Noche, con su fulgor naciendo en la Esperanza, despide el Rayo del Amor Ancestral, y “desciende” del trono libertario, para monopolizar, con la espada de Fuego de una Guerrera de la Paz, la confirmación “áurica” de su precioso linaje: de Guerreras del Arcoiris.
          Las Guerreras de Luz Absoluta, que Ella formó de sus entrañas vírgenes, y dió a la Tierra, como ofrenda de Amor.
          A su Imagen de Estrella refulgente, se debe ese “esplendor” que ahora la Tierra escucha, sin percibir siquiera ese silencio eterno, que anunciara su vuelta al Infinito.
          Su Presencia es de Sol, y su imagen de “Sombra Permanente”.  En “Ello” vive, ahora.












                              No habría que temer jamás las consecuencias atmosféricas que una                         corriente ígnea Superior produce en el cuerpo sideral, al comienzo                          de su efluvio matutino, sino más bien reconocer en la expresión “sincrónica” de su amoroso despertar, ese Amor Sideral, que sólo ella -la Mensajera- produce, en este Canto al Sol.
          Región canicular habita, ahora.
          Rodeada por el Fuego, voraz en su esplendor, y dulce fuego pleno, en su expresión de alto nivel “condensatorio”, o nivel avanzado.
          Sólo puede “permitirse” una vez, en ciclos “alternativos”, la discriminación áurica estelar, que provee a la Entidad humana de su “cuerpo estelar transitorio”, y desarrolla, así, la disposición etérica ígnea, que regirá entonces su Centro de Esplendor Natural, y su “composición” Magna.
          Por ello, con la aquiescencia lunar de su correspondiente Hermano, ha “emergido” en la Tierra, prevaliendo a toda “composición” hasta ahora conocida.
          No por “desconocida”, esta Esencia, ha dejado de Ser, en la atmósfera sideral que compensa la biosfera terrestre y “respira” su acción determinante, como respira un ave.
          O “respira” una Rosa.
          La “respiración” condescendiente, de la Maga Real, no es la respiración “menor”, de Juego pránico sutil que emplea en este momento la Raza de los Hombres, ni es tampoco la “respiración ígnea” del Fohat.
          Es un “enigma” verdadero, su involucro sutil, como lo será su “identidad”, para el “futuro”.
          La “realización” de una Maestra Estelar, ha iniciado la Escuela Aurica, en su tono de Azul de Noche constelada.
          En la misma manera que un ruiseñor comienza su trinar en la noche cerrada, ella anunció su “vuelo”; en permanencia, desde el Azul de una mañana oscurecida por la niebla.
          No había Sol, entonces.
          Sólo el vago resplandor de su “presencia”, iluminante y recio, en su secuencia sin aurora.
          La “nodriza” que trajo al Mundo aquella Estrella Azul de Cielo Libertario, preconizó con aquel “parto”, la Entrada Cósmica de Dios en la Esfera del Sol, y “describió” el evento como “un Amanecer, en tierra fría”.
          Lleno de Luz de Aurora Borealis, fue pues, su paso hacia la Vida, en la Primera Estanza de su sueño de niña.
          De Luna pequeñita.
          Y describieron -aquellos que la “vieron”- cómo su rostro no era el mismo de la primera vez que se “escondió” del Mundo, sino más bien la Esencia de una flor; que vaga por la atmósfera...
          O un canto...
          O más bien un adiós que se menciona a cada paso, y que cubre los rostros de millones de seres; porque en todos, era ella, la que se estaba despidiendo.
          Y no partió herida; ni por las flechas de Cupido, que trató de engañarla con sus inspirados amoríos y grandes amarteles, pues la quería ahogar, con el fueguito de su aliento; ni tampoco la hirió la Rosa, con su espina.
          Sólo la amaron las amantes doncellas de la Luz de la Aurora, y con ellas se fue a la misma Noche de los Tiempos, de que hablan los escribas.  Y con ellas murió, mil y una vez... encendida en sus cantos, y en sus risas.
          Ciega de Luz de Amor...
          Amamantada por sus pechos, libres de sus corazas de Amazonas.
          La hirió el Amor de la Doncella Vírgen, Dulce de aromas y de gritos voraces, en los momentos de amargura.  Pero reconoció en su grito la Pureza.  Y comenzó a temblar de Goce, entonces.
          A devorarse aquella sensación que la esperaba al alba, y al ocaso.
          Fue el “ocultar” un rito de ambas.  Y así nació la Estrella del Amor.
          De aquella unión de Amor, inmaculado, y maldecido, por los escribas ciegos.
         


Hegemonía fue su res-                                    pirar constante, en un delirio  sin anhelos, pues el Anhelo                                                    ya no estaba.

          La Luz  del Sol se fue con ellas, y su perenne abrazo.





                                        Locarno -Brione-  XII - 88-
                                                                      (Suiza)

         
         



                    Este cuaderno ha sido inspirado, en su secuencia de tensión “fohática” por el Maestro K.H. y el Maestro M.
                    A Ellos, con mi reverente Amor, agradezco la inmensa Obra que realizan en este Planeta.


                                        Arathia Maitreya













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