Sunday 19 July 2015

LA HORA DE LOS 7 COLORES





                   
                 A  R A T H I A   M A I T R E Y A






                     L  A        H  O  R  A



                      D  E         L  O  S


                         S  I  E  T  E


                    C   O   L   O   R   E   S  








 

 

                                                  I


    There are worse dangers in this intermediate zone of experience. For the planes to  which                 the sadhak has now opened his consciousness, -not as before getting glimpses of them and some influences, but directly, receiving their full impact,- send a host of ideas, impulses, suggestions, formations of all kinds, often the most opposite to each other, inconsistent or incompatible, but presented in such a way as to slur over their insufficiencies and differences, with great force  plausibility and a wealth of argument or a convincing sense of certitude.
          ...This is a zone which many sadhaks have to cross, in which many wander for a long time an out of which great many never emerge.  Especially if their sadhana is mainly in the mental and vital, they have to meet here many difficulties and much danger...
          ...For this intermediate zone is a region  of half-truths -and by itself would not matter, for there is no complete truth below the Super mind...
          ...A central sincerity, a fundamental humility also saves from much danger and trouble.  One can then pass quickly beyond into a clearer Light where if there is still much mixture, incertitude and struggle, yet the orientation is towards the cosmic Truth and not to a half-illumined prolongation of Maya and ignorance.
          SRI AUROBINDO
          The Riddle of this World*[1] (The Intermediate Zone)
                                  


          En el munífico palacio donde mora la Estrella, llamada de Belén por Magos del Oriente, habita la Razón de la existencia Humana.
          La Razón, es la Gloria de la Raza Primigenia, y en ella vive la Síntesis.
          La Perfecta Armonía.  La que relaciona la Verdad con la memoria activa del Akasha, y recupera en nuestra esencia la Luz Azul: la Estrella del Oriente.
          Pocos y pocas han habitado en las regiones donde el Akasha es la realidad real, y más poco aún, han comprendido los misterios de su lucífugo esplendor.
          El nacimiento de la Historia, que el ser humano califica como el comienzo de una Raza primigenia, no es otro que el comienzo real de la Verdad: Andrógina, en su Centro de esplendor, y reactiva en la Morada Azul, o Silencio del Padre.
          La reactiva, hoy por hoy, se ha convertido en Verdad Absoluta, y mientras sabios, doctos, patriarcas de la iglesia en todas direcciones, desean el Poder, la adquisición de esta Verdad, aquella luce en el Silencio estático de Nada.
          La forma es UNO, y la batalla de la Luz que la centra y la compone, no ha sido aún librada, a niveles humanos.
          La gran resurrección está a la espera y la conjura del Demonio -denominado así, en su acción lucífuga de esplendor positivo- en zonas de Manu y zonas de escoria sideral, no será una conjura celestial, como lo fue al comienzo de los tiempos.
          Ángeles son guardianes de la esencia divina, y Belcebú y otros secuaces son siempre, en reacción directriz, los que dirigen la acción luciférica en las zonas centrales del Planeta Tierra.  Así, se ha desarrollado, a través de la acción sacralizante y su compuesto de esplendoroso gran Poder, la Visión del Infierno.  A ella, acuden los conjuradores del infinito Ser Comunitario, que habitan las regiones siderales menores, y deciden en ellas, la tensión y absorción de los detritus magnos, a que el ser humano pertenece, en su función biológica animal.
          La diadema central, o compuesto sideral mayor, no ha sido, hasta el presente, descompuesta por los militantes de la conjura belcebuísta, o lucífuga menor.
          La idea de Lucifer, en su entrada central en el compuesto Hombre-Bestia, no es otra que la idea fallida de ser Dios en la esencia divinizada, a través de rituales luciféricos y en esferas de vacuo: o sea, en decadencia de tensión omnisciente.
          Esto produjo -y sigue produciendo en gran escala- las zonas de tensiones inferiores, interferidas por vibracián intrínseca mayor, lo que refleja en su central valor centrífugo un atributo nulo vacuo, munido de expansión sólo en la base de su esencia real, y definitivamente recompuesto sólo para deleite de la llamada materia, por la Raza de Hoy, en el Planeta Tierra.
          La descomposición o interacción positiva en neutrones negativos, ha sido necesaria, entonces, como forma de acción eliminativa, cuyo producto de eficacia entrarán en Acción  Directriz Mayor, en zonas vacuas de expansión luciférica, y de allí, la consecuencia en la órbita  menor de este Planeta.
          La consecuencia activa podrá ser vista por algunos, en años venideros, sin que por ello la consecuencia neutral sea detectada aún, en zonas físicas, o zonas planetarias de evolución menor, en grado de protones y de neutrones simples.
          La consecuencia de la búsqueda anímica que ciertos miembros de la Raza llamada Humana inicia en épocas llamadas de la Edad de Piedra, resurge hoy, con su bastón de mando en ristre.
          Nunca como en el tiempo presente, la Raza Inferior en su denominación de Hombre o Homo-Sapiens, ha representado con tantísimo énfasis un teatro de marionetas manipulado por la Fuerza del Manu, y su guardia de escolta gris oscura.
          La necesidad imperiosa, pues, que en consecuencia siente impresa en su Centro Vital la otra rama de la Raza del Hombre -y me refiero específicamente a la hoy en día Raza Femenina- no es otra que el llamado del Opuesto.  De su experiencia evacuadora, centrípeta y oscura, en su inmanente recipiente de Voluntad Divina.
          La Raza de la Mujer, en este Centro, en que la Luz de la Agonía comienza a componer con su tejido oscuro, ensangrentado y cruento, un tapiz de Dolor y muerte fratricida, ha comenzado la Batalla de los Siete Colores.
          La hora Azul de Dios, en su Presencia máxima.
          La Verde de la Esencia de la Raza, en su vestir de la Natura y su color de ciego de la Noche.  Su decisión neutral y neutra, de no ver lo visible.
          Ello conlleva Azul y Verde, en consecuencia de radiaciones descompuestas y radiaciones seculares.
          O sea, que la descomposición masiva de la Naturaleza, en sí, trae a la vez en su centro menor, o Centro vital, la numerología de la calidad errónea.  Como es obvio, en el manejo que el ser humano hace de la Naturaleza.  Comenzando por la suya propia.
          La localización, por lo tanto, de los tonos ya realizados como verde y Amarillo, en zonas neutrales de esplendor radioactivo, han sido reformadas, gracias a la composición de neutrones compuestos.
          Estos, acuden a la precipitación uniforme y causan en la atmósfera inferior, decadente vibración de absorción, dificultada por su expansión progresiva.
          En el ambiente humano, ésto se viene componiendo de manera casi que uniforme y concentrada en masa negativa, de neutrones y protones discordantes, sobre todo en los centros llamados industriales.
          Nada causa mayor discordancia en la zona vibratoria Amarillo-Verde, que la polución química y sus detritus unificados en una esencia destructora de la capa terrestre, y de las moléculas de participación ozónica inferior.
          La relación entre participación molecular ozónica en nuestra atmósfera media, o Centro de expansión vibratoria Akáshica, no tiene ninguna relación con la consabida imagen que el científico de todos los tiempos ha querido anunciar a la Raza Humana.
          Sería casi imposible enumerar aquí, en este escrito que lleva códigos sintetizados, la evasión de moléculas reducidoras, que la llamada Ciencia ordena y desordena, casi sin ton ni son, en anuncio sublime de búsqueda.  De avanzada, o progreso.
          Nuestro capítulo con referencia Ciencia-materialista, ha sido ya tratado en otros cuadernos.  Nos basta sólo, en el presente, subrayar hasta la saciedad la soberbia que encierra en esa búsqueda materialista y falta de conocimiento intrínseco real, la deficiencia obvia de su Objeto, y la relatividad suicida de su Objetivo.
          Cuando la Raza directiva cientifista comprenda el error de Omnisciencia que ha estado perpetrando, en nombre de la llamada por él, Inteligencia básica, será ya tarde para el Planeta Tierra.
          Como lo fue, en la Raza Atlante.
          La participación Suprema en el Diseño Divino, que hasta nuestros días ha venido cumpliendo la llamada Humanidad o Raza de Hombres, ha sido designada estrictamente a la Mente Inferior, en la inmensa mayoría de los casos.
          Sólo una pequeñísima partícula ha venido recibiendo -y en casos excepcionales, vivificando personalmente- la Cualidad máxima de la Doctrina Secreta.
          No siempre ha sido necesaria una forma o rito especializado, en la Iniciación de la Gran Logia Estelar; que ha sido para nuesto Planeta la Co-Autora de sus Leyes Divinas; más sinembargo ha sido siempre indispensable, una condición particularísima, en quienes reciban la información directa e intrínsecamente abstracta, y ésta se circunscribe absolutamente en términos no registrados -aún, en nuestro Archivo Menor Akáshico- y por lo tanto, totalmente desconocidos por las Logias o Masonerías de turno.
          La Religión que ha implantado la Logia Blanca de los Hermanos Estelares, no confirma bajo ninguna circunstancia, una medida de conocimiento transmisible, directa, o indirectamente, a otros.
          Ha sido -hasta el momento presente- transmitida de manera telepática, y en mayor grado infusa, o refractaria por condición precisa de vibraciones absolutas y de carga neutrónica dinamizada en bajísimo tono de esplendor; lo que permite la infusión ionisada con mayor profusión, que si se utilizara sólo en capas moleculares de materia empírica.
          O sea: la ionización de la materia llamada cerebral, y su corteza receptora, recibe un impulso decontractor, de manera exclusivamente vibratoria, y este fenómeno, extendiéndose en superficie y en acción indirecta, constituye la llamada infusión directa del Espíritu.
          Explicación en términos más básicos, sería la expansión de la corteza cerebral y su acción de inmediata  excursión vibratoria, a zonas de alimento sintetizado.
          O sea, Zonas de Conocimiento infuso; que en términos Akhásicos significan para el esoterista -o conocedor de Leyes Permanentes- un conocimiento más allá de la Conciencia Causal.
          La Mente Superior, Manas, actúa en ciertas zonas de privilegio, e impulsa entonces la Diatriba Sagrada.  De ella, se habló en otro cuaderno, en términos más místicos que de conocimiento Concretizado.
          La Diatriba Sagrada, en este preciso momento de la Historia del Conocimiento Perfecto, no es otra cosa que el Objeto Sagrado que ha buscado la Raza llamada Humana, a lo largo de su recorrido Akáshico, casi siempre infructuoso.
          No por ello -por no dador del fruto- deja de ser dadivosa su ofrenda, para aquellos y aquellas que recorren su Círculo -o Laberinto Mayor- con la cintura protectora: la Castidad Absoluta.
          Y de ella, la Castidad, también se ha hablado suficiente, en mis otros escritos.  Bastará pues, sólo subrayar su mayor ascendencia en doctrinas ampliamente maniqueas, que registran el término con proporciones absolutas, sin que la percepción divina de su forma venga explicada sin embagues.  Sin prostituir, como lo hace la gran mayoría, el significado de tal información.
          Maniquea la forma.  Maniqueo el producto.
          Y se regresa así, a nuestra zona de conocimiento Amarillo-Verde, registrado sólo por aquellas con el Espíritu dispuesto a perder ese Cetro, llamado la Belleza, por los maquilladores de excelsos maniquíes.
          Con esta descripción, entro en la Forma intrínseca Mayor, y muevo mi Conciencia hacia grados Supremos, a fin de comenzar la Iniciación Astral Mayor, en mi lectora o lector, ávido de Vida...
         
         
         




























          La gran expansión Logoica, por la que pasa la Conciencia Superior, es en su informática intrínseca, la base del Conocimiento, o iluminación.
          La Ciencia infusa, hoy en día, es perla de otros Universos, al parecer, y su producto físico se encuentra raramente, en el Globo terráqueo.
          Uno que otro Maestro, con la Conciencia Avatárica realizada, dará fé, sin duda alguna, de la realización infusa de su ser, encarnado en su hábito corpóreo, con la digna mención de sus predecesores en el Linaje Azul de la Logia Estelar.
          Y son pocos, decía, los que a pesar de su decisión inapelable de silencio, regresan a su forma grosera, o forma no consagrada en la esencia Divina, para reconstituirse en esta Tierra con el nombre de Avatar viviente.
          Dios encarnado.  Luz de la Luz Suprema.  Rey de Reyes.
          Y así... otros nombres simbólicos, con los que una forma avatárica recibe su Grado Máximo, en la Tierra, antes de reintegrar su materia Crística, en aras de un sacrificio universal.
          El Sacrificio del Amor Absoluto.
          Y es así - en la gran mayoría de los casos- como la gran Buscadora del Espíritu o Pneuma sintetizado, realiza su Escuela Planetaria, y reasciende en círculos concentrados de Luz que emerge e inmerge al Alma, ausente ya de su envoltura o cuerpo etérico, y se asume al Espacio; que recibe la esencia de su energía vibratoria y la transmuta en Luz Directa.
          En Luz que asciende ahora, al trono prometido: a la Diestra del Padre...
          No siempre estos fenómenos avatáricos vienen declarados abiertamente a la humanidad, demasiado ocupada, por demás, en la búsqueda oscura de su sombra.  De su residuo reticente, que no la deja ver la Luz de las Auroras.  Que la engendra y la engendra, sin cesar, en su carrera hacia un abismo lleno de serpientes, donde habita el terror.  Y la miseria básica.
          La memoria del Hombre, en general es pobre, y reducida a pocas referencias de tipo doctrinario, casi siempre.
          Doctrinas de palabra, y no de Corazón.  Ni siquiera de Mente, en su inquirencia abierta, libertaria.
          La cadena infinita que arrastra, una y otra vida, aquella Luz Oscurecida por falta de emoción, de puro goce, límpido cristal que lo promueve en ondas claras hacia su encuentro con la Vida, se ve siempre atenazada por la infinita discordancia de su dualismo dislocado.
          Hasta que no logre, por lo tanto, desarticular en su exposición incierta y dual la claridad expansiva que encierra y emerge de su verdadera esencia, el ser llamado humano padecerá de Karma.
          Paraísos o Infiernos.  Da lo mismo.  Ilusión, ha de ser...
          Como Ilusión -o Maya- habrá de ser la clara luz de lo que llama día, o aquella oscura luz que se proyecta en noche.
          En ausencia de Dios...
          La Gran Verdad no existe, para quien no la busca, como no existe el oro sin su mina aurífera, o no vive el diamante en su esplendente transparencia si no fue antes carbón.
          Una lleva a la otra, dicen aquellos que buscaron, sea el oro o el Moro...
          Y la Verdad del Absoluto, está compuesta de partículas infinitesimales de su mismo esplendor, como en un prisma se refleja cientos de veces los tonos del Arco Iris.
          Es, en su esencia única y en su recurso, involutiva; para luego decir en carne propia cómo es su Luz Mayor, cuando visita el Corazón, o Centro de la Vida.  Cuando esplende en su ritmo de milagro, para anunciar la nueva: estoy en tí y tú en Mi... nos grita, a veces, con extensiones de diamante, en su cuerpo glorioso, mientras que precipita su emergencia  y resuelve su esencia libertaria, llenándonos de Goce.
          Jamás podrá explicarse con palabras precisas, la dirección que toma su Color.  Y el tono que lo cubre.
          Nunca podrá manifestarse lo que jamás se manifiesta en nuestro hábito corpóreo.  Sería falso.  Injusto.  Mímica inútil de marioneta inerme, como cuando las religiones nos quieren imponer sus sagrados rituales con ambición de Siervo del Señor, y producen apenas un reclamo de muerte del Espíritu.
          Pantomimas de títeres, sin cuerdas, en escenarios sin actores ni luces apropiadas.  En escenas vividas por el deseo oscuro de la Mente inferior: no por la mano que los creara, en elocuente Luz de Amor Eterno.
          Si de buscar la Eternidad se trata, para ellos.
          Religiones eternas, son, en realidad.
          Vacuas.  Vacías.  Sin esplendor Supremo, pues yacen como lámparas que ya no tienen combustible; ahogadas en palabras, y en la letra ya muerta de sus libros sagrados, pues ya no saben descifrarlos.
          Se perdieron los códigos, y con ellos la llave del Amor.
          Se perdió la Esperanza, y con ella la Gloria de la Resurrección.
          Vacía está la alforja de aquellos y aquellas andariegas que comunican sed de Vida y regalan la risa, como regala el sol su luz esplendorosa.
          No teme el Peregrino o Peregrina de la Barca del Sol, cuando va de regreso a la Casa del Padre, a los motivos, normas, leyes, ritos, bulas, porque sabe vivir en sí, viviendo en Ello... y Ello no tiene normas, ni rituales, ni necesita leyes maniqueas.
          Ello es la Luz del Sol y es el canto del Agua, en el arroyo claro.  Ello viene de allá, de donde nace el Astro Rey, y canta con la Estrella, mientras que se hace Noche y reina con Silencio, como reina la abeja en su propio panal.
          Ello no tiene nombre, para quien busca a Dios en medio a la tormenta, porque no hay tiempo de buscarle un patronímico en momentos de tales emergencias.  Y si es un salvavidas que te ayuda a flotar, entonces eso, es Ello.
          La mano que te muestra que allí también se encuentra el Dios que alimenta los mares y sus ondas bravías, y entonces con respeto, se nos hace señal, que en cualquier circunstancia y cualquier movimiento, Ello es presencia eterna.
          La divina presencia de las cosas, ha sido ya olvidada, en su manifestación de permanencia, desacralizando individualmente la posible relación entre objeto concretizado y Dios.
          Sólo es posible, pues, encontrar sacralidad en lo que de nuevo, las religiones consideran sacro.
          Vano sería decir que ya no existen cosas sacras, fuera del rito en las iglesias; y vano asegurar que quien se crea un ritual con su propio elemento de búsqueda o propuesta, o sólida manera de apreciar en la Tierra cada elemento, o modo que ella da: y es por ello que insisto en ese vano porque se arriesga demasiado considerándolo posible, en ciertas sociedades; de inmediato, se vuelve fetichista.
          Y en ésto, el ser humano recae con frecuencia.  No puede distinguir entre lo sacro y lo profano.  No tiene los parámetros en orden.
          Está des balanceada la balanza.
          Y está en desequilibrio la armonía áurica de casi todo nuestro Planeta, y por ende, descompensada su propuesta anímica.
          Las cosas ya no hablan al común de los mortales, como hablaban entonces.  Y aquella transmisión que milenios atrás recibía el mortal terrícola de sus hermanos galácticos, se concentró a mínimos grupos de seleccionadísima fuerza “áurica”, capaces de sostener la transmisión  y emisión de “emergencia estelar”, y su mensaje.
          Y aquí se está hablando de un propósito totalmente desconocido para la inmensísima mayoría de los mortales, habitantes del Planeta Tierra.
          Se trata de un propósito dirigido por Entidades de inconmensurable Poder de transmisión, cuya misión ha sido -desde antes de que este Planeta existiera en la mente humana- la de consagrar, o sacralizar la materia áurica terrestre, para así “dividir” los “territorios” correspondientes a cada intercesión áurica del sistema planetario.
          Con ésto, se entiende entonces, “recuperar” -a la medida sideral, no terráquea- para todo el Sistema solar, la posible renuncia al espacio planetario.  O sea, en términos menos abstractos o más concretizados para la mentalidad humana moderna, se podría explicar este propósito como la Canalización áurica total que recibe la vibración planetaria por vía “solar”, para su desplazamiento centrífrugo eminente, en condiciones numéricas todavía inasequibles a la ciencia humana.
          Esta condición áurica “desplazada”, sólo se podrá informar de manera total, en el momento de su precipitación en la zona de ignición molecular concentrada en capas de ozono y materia ígnea descentralizada, en territorios “escondidos” de nuestro Planeta.
          Con estos movimientos o despolarizaciones, se pretende re-dimensionar las zonas áuricas desequilibradas y promover en la capa de ozono desnuclearizado una progresiva moción térmica.  Con ello, se ayudaría progresivamente, al equilibrio de las aguas marinas y a las corrientes subterráneas del Globo terráqueo, igual que a las diversas corrientes áuricas de planetas vecinos, como son Marte y Venus.
          Ninguna de estas explicaciones, obviamente, será comprobable por la ciencia materialista, que navega a la deriva en su barca llena de cadáveres, detritus peligrosos, amén de una sobrecarga molecular en plena acción negativa, más que peligrosa para la humanidad de nuestro tiempo.
          La gran mayoría, pues, como anotaba antes, no está ni dispuesta, ni preparada, para recibir ninguna de estas informaciones y sería -además de inútil- bastante riesgoso poner en manos - de nuevo- de la raza humana, cierto tipo de información a la que no está para nada acostumbrada.  Es más: le va a parecer -como es lógico- fenómeno de “parapscicópatas” jugando a las adivinanzas siderales.
          Y bien le estará a aquel o aquella, entonces, el retirar la “vista” y el resto de los sentidos, ante aquel sol en manifestación Absoluta, cuando llegue el momento del “Eterno” regreso ya cumplido.
         
         









          La mayoría de las veces, en épocas de remoción sideral en los planetas no sacralizados, una “cristalización” mental acusa agudamente el fenómeno; que ocurre sólo en zonas ocultas, pero se manifiesta, efectivamente, en el plano de la “mente inferior”.
          Esto ha sido la causa, no pocas ocasiones, de oposición áurica de tipo positivo, conllevando como consecuencia inmediata un “prototipo” de especímen humano.
          Nada más claro -para un lector ocultista- que la cristalización de nuestra época, y la remoción que se ajusta específicamente a los tonos de poder del “Manu” y sus huestes, en la llamada Nueva Era.
          Es también conveniente, considerar los llamados de los nuevos “profetas”, como signo de alerta al Cambio de la Raza.
          Cambio que no sólo se ha ya previsto en sociedades de conciencia de avance y desarrollo de emergencia sideral, sino también en regiones de oscuro poder; donde se manipula ostensiblemente el reconocimiento de "una nueva alborada..."
          La Edad Nueva, ha sido preconizada desde “antes” que la maquinaria del Manu la tratara de “absorber”, y ha tenido, en el “Archivo Akáshico”, una extensión considerable.
          Todo aquel, o aquella, que ha tenido acceso a su lectura, “sabe”...  Y este saber sólo podrá identificarlo quien lleve en “sí” la Huella del Amor Absoluto, y su Poder comunicativo.
          Los médiums han abundado, siempre, y no por cierto “equivocados” en su lectura básica-astral-inferior.
          La ocasión para lecturas de tipo apocalíptico -decía en otros escritos igualmente- no será despreciada, por aquellos profetas de la Destrucción, quienes ven, fundamentalmente, un territorio más que abonado a tal “diseño” destructor, y se basan para la acción de su profecía en la deteriorante capacidad que el género humano posee hoy por hoy: la “autodestrucción”.
          Habría pues, que medir el tipo vibratorio de ciertos mensajes astrales y su capacidad coercitiva, para aclarar, al fin, la falsa visión de acción negativa en el Planeta Tierra, como símbolo inequívoco de “Fin de los Tiempos”.
          El episodio más claro -si se quiere- en este tipo de lecturas sería el de la desintegración total de la masa terrestre y su consecuente desaparición en el “espacio”.
          Nada tan falto de base “cientifista” podría ocurrir en realidad, a no ser en la imaginación de la “Maquinaria Destructora”, que ha puesto en marcha en la Tierra, su Programa de Aniquilación Total...
          Realizar un sueño que se ha soñado “siempre”, es uno de los grandes atributos de la mente humana.
          Pero el Soñador Cósmico no es el soñador humano, y muy a pesar de que este último se crea dueño y señor de su propia rienda, sin ni siquiera haber alcanzado un grado que le permita ser su propio “Amo”, no obtendrá, en realidad, la llave de su propio “Destino”.
          Y esto lo sabe sólo el Ser.  El que rige y dirige la “Acción Total” del Universo en que habitamos hoy.
          La Acción Suprema de la Entidad Logoica que “rige” nuestro Centro Planetario, ha sido desplazada a Zonas de Plutonio, y su derivación Causal Mayor, puesta en acción, hace más de tres siglos, contando en tiempo “nuestro”.
          La derivación estelar, que gravita en órbitas de modulación terráquea, ha sido promovida, igualmente, a zonas interceptoras de radioactividad solar desplazada, o sea: a territorios estelares ígneos en potencia, y no por confuso o abstracto como diseño preparatorio sideral, ha de ser menos “válido”, o “efectivo”, en el momento mismo de su acción reactiva.
          Esta lectura comprende, además, una serie de derivaciones, de tipo sensitivo, que serán acusadas en el momento mismo de la emergencia estelar venusina con radiaciones oculares -incluso- que permitirán la observación científica del fenómeno emergente.
          La radiación estelar Mayor, dará comienzo a la remoción de detritus siderales en capas atmosféricas menores, como serían las zonas neutrónicas positivas, y las zonas neutrales sintetizadas, de Plutonio mineralizado.
          En estos términos, de valor estrictamente esotérico en el momento presente para la humanidad, la calificada como “criatura humana” ha de sufrir -en su mutación molecular diagramadora- varios fenómenos de tipo perfeccionante, que realizarán en su “esfera anímica” reacciones moleculares sintetizadas, lo que producirá, por ende, otra reacción “menor”, si se quiere, de tipo “diferencial”.
          Con ésto, quiero explicar el fenómeno regresivo a la “Androginia”, o a sus bases menores, en síntesis concretizada.
          La realización “última” de esta esfera andrógina, la conseguirá la criatura humana realizada en unión de su Purusha.  De su habitante místico.
          De su Centro de Amor, o “triángulo de Paz”.
          Y así, verá nacer de nuevo a TRAMAS:
          El “habitante de la Ciudad del Sol...”
          Aquel sonido que perdió como esencia libertaria, en medio de fragores de batallas inútiles, cuando inició la escalada a la conquista del Sol... con la bandera del Poder.
          No aquella del Amor, con la que seguro “vencerá”, cuando reinicie la escalada, y la Hora Suprema habrá de ser la bella Aurora.
          La que somete al Sol a Ser, Luz esplendente, y no Crepúsculo incendiario.
          La Nueva Era ya dijo la parte del mensaje, que corresponde ahora oír con oídos atentos, al “sístole” y al “diástole” de cada Corazón.
          Porque es “allí”, la habitación del Mensajero...








          La dinámica expresiva de mayor consideración en este mensaje que canaliza en mi Ser de Luz Absoluta -quien “Es” la Luz de la Resurrección, la Infinita Potencia del Olvido del Ser y la “Mayor Consagración del Sistema Siriano”- es una dinámica de disonante rumor Acuariano.
          Es por eso mismo que el mensaje de Acuario conlleva todos los rumores: el del Agua y el del Aire.
          El del Fuego de llamarada intensa y crepitar de hoguera.
          Y el rumor de la Luz...
          Ese que sólo se oye en el silencio.  En el lenguaje íntimo del Ser.
          En las regiones quietas, vacuas, donde anidan las águilas bicéfalas de plumaje dorado.
          El Corazón que busca a Dios, en la región dorada del olvido del Ser, encontrará consuelo, con lágrimas de goce que brotarán del mismo corazón, que antes amaba en desespero.
          Quería con pasión...
          Y odiaba todo lo que lo separaba de su divino objeto del deseo.
          La parte de la espina, hace sí que la Rosa sea esquiva en su tallo.  Pero el aroma nos persigue y convence a la mano de seguirlo, hasta lograr el fruto del amor que encierra ese deseo perfumado.
          ¡La Rosa es Dios...! me acuerdo que grité, temblando de emoción ante el descubrimiento de profundo dolor, que producía en mí su Ser sangrante, abierto en plena Luz.  Y así brotó mi aroma.
          Con su esencia, y su espina.  Con su Dolor punzante, y su armadura tierna y aromada.
          Y brotó la Guerrera de la Rosa... como una “aparición”, de un mediodía azul, cual vaso bizantino.
          La medida de Amor no fue posible...
          La Rosa fue Silencio, en mis entrañas extranjeras, pues desde entonces me viví como si fuera “ella”, la “viviente...” y vive en mi, como esas peregrinas que no cesan de andar, de conocer paisajes ¡amar todo...!
          La Rosa es mi Maestra, desde siempre.  Desde que ví la luz de las estrellas, en las horas sin tiempo de los astros del Sur del Universo.
          Y aquí brota mi canto, que reconoce en “Ella” la ansiedad, y el Amor al Amado.
          Sin medida...  Sediento... Apasionado de pasión... y herido sin medida, una vez y otra vez, porque esa es la palabra que me dejó la Rosa cuando murió de Amor entre mis brazos.
          Sin medida, me suspiraba en medio del delirio.  Sin “medida” de Amor... tendrás que Amar... Y sin medida en el Dolor, pues él es forma “oscura” de lo “otro”...
          Y así partió de mí, para habitarme para siempre.
          Formó su nido en mi agonía, y resurge en las noches invernales, y canta y canta, en mí, como los ruiseñores...

















          La pasión del Amor que no concibe amores imposibles o amores prohibidos, es la raíz de lo que un día es Amor de la Verdad.
          Y Amor de la Verdad trae  consigo la más honda pasión de cuantas se conocen hasta ahora: la de la muerte en vida. Esa que místicos cantaron y anacoretas conocieron y los emparedados del Amor no pudieron jamás corresponder con un tono veraz, para el resto del mundo, que nunca lo ha entendido: aunque trate, en teoría.
          Sólo quien “muere” en sí para vivir en ello, lo puede atestiguar, y su expresión escrita será apenas la huella, como cuando en la nieve queda el paso del pie, y sabemos apenas la dimensión de “aquel”, pero eso es todo... Más tarde, brilla el sol, y ella desaparece.
          No hay medida, tampoco en ese testimonio, que llevará la huella justa, pero será imposible describir el resto  de la esencia.
          O de su forma.  O su “contorno”.
          La “radiación” que se recibe con la infusión divina, en que el Espíritu penetra en “las regiones áuricas menores” y expande su propósito en líneas ascendentes, con el fin de recuperar en “vibración” mayor, la Esencia de su Ser, es un “misterio”, aún.
          Esto, produce la “locura”, como primera instancia.
          El disloque total de zonas de la corteza cerebral que reciben estímulos menores de intensidad y de frecuencia casi que inconcebibles, para quien quiere ver en ello un fenómeno “físico”.
          La verdad, es que en esa sub-capa de corteza cerebral sólo hay un registro mínimo de la corriente alternativa o de frecuencia en tono bajo; lo que permite sólo -a veces- reacomodar la escena médica como si fuera un síndrome esquizoide, o en la mejor de sus expresiones “manía depresiva”.
          El sistema es osado, y lo saben muy bien los que acometen la empresa, en esa búsqueda absoluta de más allá del “yo”.
          No siempre se verifican casos de la “locura mística” con la conciencia plena de quien padece el “mal”; pero eso sí, es seguro que quien anida en su matriz cerebral el “semen” de locura que engendra “el síndrome de Dios” y su capacidad en la expresividad de una locura mística, no estará exento de una “Conciencia plena”, en una parte de su Ser.
          Algo en “ella”, buscó esta sensación, y realizó el encuentro.
          Algo se desató en aquella Morada que “Teresa de Ávila” llamaba la Morada de Dios, o la morada del Demonio, porque en “ella” conviven ambos elementos, y lucha cuerpo a cuerpo el Alma, en agonía, por disolver en ello, y no ser nada... Por ésto el que la habita, pierde la esencia de la vida corriente y no lo atrae más el sol que brilla afuera, pues prefiere la Noche, y sus terrores...
          La Noche y su silencio, como “Juan de la Cruz”.
          La Morada de Dios es un “terrible” cambio para el Ser, que sólo se apacigua en este “paso” con la presencia íntima de “Sí”, y en el secreto de la noche puede mirar su rostro, sin tormento.      
          Difícil contemplarse en la Mirada de Dios...
          Difícil “ser” sin Ser, en la agonía primera de aquel paso monstruoso donde parece no haber puentes sino un oscuro pasadizo donde hay gritos de horror, y nada se parece a lo que conocemos.
          La huella de la muerte es igual a la huella de la Aurora: dura sólo un momento, y cuando se hace Luz, no recordamos que olvidamos en medio de la noche el contorno de las cosas.  Su forma, o su Color.
          La Mente se oscurece para dar paso al Sol, que se anuncia detrás de la tiniebla, cuando llega el verano.  La “estación” de los grandes reverberos.  De los fuego feraces.  De la armonía volcánica, en las zonas de tierra muy profunda, donde aquel Corazón está marcando el “pulso” de la Noche.
          La “teoría” de la locura mística -en la gran mayoría de los casos- no alcanza a cubrir, en el Occidente y sus contornos, ni siquiera la milésima parte de su esencia “real”, y sólo pocos alquimistas han descubierto, a través de los “tiempos” y de no pocas veces mortales experiencias, cómo trasmutación es igual a locura, en las primeras “fases”.
          Por “eso”, el oro es tan escaso, en reductos alquímicos. Y por ello se siente ahora, la gran necesidad de ayudar a esos seres desvalidos, que han recorrido los caminos de padeceres y tormentas, sin señales de “auxilio”, en tanta oscuridad "cartesianista"
          La locura de Dios, es común en la India, y se venera aquel o aquella, que en desnudez total recorre campos y ciudades, embriagado del Ser, “divino” en su potencia, y se olvida de sí, para vivir en “El”.
          No así en el Occidente, donde la “ciencia” es cruel en su diagnóstico obstinado, de profunda raíz oscurantista.
          La gran necesidad, acude en nuestro tiempo de rotura total con esas normas presidiarias, en que la búsqueda de Dios a esos niveles de locura no le conviene a nadie; pues es mejor la droga, o la cura del sueño, para sacarlo así de su delirio; y acude con premura, ya que son tiempos de emergencia.
          Emergencia de Luz, que asciende a su Morada y arrastra “allí” sus huestes libertarias, y “emergencia” de acción: que implica un nuevo “impulso”, y más “Conocimiento”, en la búsqueda ciega del Amor Absoluto.
          Su mecanismo es UNO y su “clave” es la NADA.
          Pero requiere maestría eso de ser Maestro, sin que la búsqueda del Fuego nos enloquezca todo el Ser y nos deje en pavesas, antes de comenzar la primera lección, en esa Escuela Grande.
          Y digo Escuela Grande, denominando aquella que se acaba de abrir, para los seres humanos de la Tierra, que pertenecen a la llamada “Nueva Raza”.
          Ellos están a la espera del “nuevo-antiguo Conocimiento”, que salvará y purificará este Planeta, “insano”, hoy por hoy, acometido por el gran mal de males, la sed de Poder y con ella, el delirio de venganza fratricida.
          Nunca fue tan oscura el aura mística de este triste Planeta, empobrecido en el Amor.  Sombrío.  Lleno de tabúes, y circundado por el miedo.
          Fantasmas de ilusión, y detritus de falsos organismos que quieren convertir, salvar, prometer esa Alianza de “esta vida” y “la otra”, y no tienen siquiera la Oración de la Paz, en sus conciencias.
          La tienen sólo impresa, en tarjetas postales: para venderla a los turistas.
          El mal de males, es posible que haga fallar el Corazón del Universo; eso puede advertirse sin ser siquiera cardiólogo avezado.  Y el desamor del Mundo en que vivimos, reducirá a nostalgia lo que fuera el Amor de los Amores, pues no se encontrará, en ninguna “forma”, ni en “esencia”.  Ni siquiera en “remedio”, o “medicina”.
          Faltará aquel oxígeno en el aire, y el Prana del Amor, perecerá de asfixia.
          “Nadie” ni “Nada” podrá dotar al Mundo de esa Esencia, una vez que se acabe.
          La Noche de los Tiempos, no ha comenzado aún su magia destructora, pues falta regresar a la “Estanza Mayor”, donde mora la causa de ese mal que la criatura humana comenzó a padecer desde el comienzo de su Historia Causal.
          En el “Archivo del Akasha” hay dos tipos de Historia, en ese tiempo.
          Uno, conduce al mérito de muchos y a la ambición de pocos, que asumieron la veste del “Poder”, y el Destino del Mundo.
          El otro no se “ve”, sino que se desdobla, en fuertes vibraciones que anuncian un peligro en el sistema áurico de la capa terrestre.
          La Geomancia, descubre en la lectura “azul” de ciertos puntos avanzados de la corteza “pura” de la Tierra, un aliciente de “esplendor” o punto ígneo creciente, y ello implica el tremor de zonas mercuriales en extrema potencia de avanzada extensión en su “diagrama decodificador”.
          O sea, en la extensión de corrientes ígneas no consistentes, como son aquellas que parten en dirección de “norte” a “sur”, en meridianos bajoso menores, las zonas evacuadas que producen Plutonio en masas concentradas restringen la pulsión de la materia ígnea, y envenenan la atmósfera.
          Esto sucede, sin que nos demos cuenta, ya que son capas de estricta demostración transitoria, y no se registra su fenómeno, como no sea en la percepción de quienes saben detectarlo.
          En menor, o mayor grado de acción simultánea, se está produciendo en el Globo terráqueo un fenómeno sin precedentes hasta ahora, y es el de la desnuclearización termo gráfica, que en términos menores, está causando una gravísima represión nuclear atmosférica, y en términos básicos, ha ya destruido en zonas de Plutonio desnuclearizante o Plutonio “carbohídrico”, un remanente que la capa terrestre ha siempre conservado  gracias a ciertos factores regenerativos, y que ahora, en estado de deficiente reproducción, causan la gradual pérdida de organismos nuclearizadores.  Esto, sólo en los casos de emergencia, lograría controlar la desnuclearización progresiva de ciertas capas menores de la Tierra.
          Hoy por hoy, la desnuclearización en estado emergente espontáneo, deshidrata la atmósfera y causa no sólo disturbios de tipo esporádico, como las “lluvias de ácido” y las corrientes virales de enfermedades de gran efecto en el sistema vascular y linfático, sino que, además, deshidrata el Sistema Defensivo de la Zona Fluvial.
          Ello, terminaría por absorber, en un límite medio de peligrosidad, la ya escasa potencia de los ríos y sus vertientes submarinas.
          La Raza Humana no “padece” de inocencia, en estos casos.
          La dislocación en que la “Madre Tierra” avanza, a fuerza de la gran acentuación y el gran desequilibrio que le marcan sus hijos, la “Raza de los Hombres”- como quieren llamarse a toda costa- no será cosa de llorar después... sobre el cántaro roto.
          La inútil ceremonia audaz que ciertos grupos dirigentes del Planeta quiere “perpetrar”, en nombre de la Paz, no es menos eficaz que la bandera ilusa que anuncia la victoria, o decide arrasar al que no lleve sus colores.
          Triste es, la historia de banderas.
          Y triste es la razón que preme al ser humano a resolver su Historia a golpe de puñal.
          A matreras insidias.
          Y sobre todo, a no saber dónde está la raíz de su soberbia audaz.
          La Nueva Era trae consigo un canto nuevo, que se reconoce ya, en la esencia de las cosas cotidianas.  Nada tan simple, ni tan visiblemente obvio, para quien ve, con ojos interiores, y exhala el Prana vivo, incluso en los objetos de uso esencial, como podría ser un “lápiz”, por ejemplo.
          No cambiará su forma, lógico, pero su esencia servirá para un diseño diferente.
          “Ello”, será la esencia de las cosas, como lo fue una vez, y la criatura humana encontrará a su vez, otro “lenguaje”.


























          Para poder hablar de ese lenguaje nuevo que preconizará la Nueva Era en su Esencia Mayor, o sea, la conviviente con los signos de la Naturaleza - la Dévica y la Humana- habría que comenzar a explicar, a grandes rasgos, cómo se creó el “primer” lenguaje humano.
          Para ello, sería necesaria la información Akáshica asequible a un diagrama universal, de manera simplista y así estará al alcance de nuestro entendimiento, su mecanismo trascendente.
          Pero no será fácil trascender la Mente Universal, en la forma correcta, así que esta corriente irá específicamente dirigida en vibración de sueño, y la recogerán los soñadores.
          Los que sigan conmigo aquel diseño Azul, que sigue al Verde y Amarillo, en la escala cromática de la Hora precisa.  Aquella del encuentro con los Siete Colores.
          La Armonía del Lenguaje, se dibujó, una vez, Azul, y sus diagramas fueron silenciosos, por no tener sonido, todavía el “Chakra del Vishuda”.
          La Puerta del Logos era “Verde”, y la Naturaleza vegetal cantaba en el lenguaje de los encantadores de serpientes.  Ese de flauta dulce, que resumía siempre el aire en sus modulaciones de Prana del Espacio.
          Y el Ser que entonces era el habitante de silencioso andar y voz de fondo en el cristal del Agua, resolvió modular su acento, y como el pájaro, comenzó su cantar, de silbo agudo y melodioso.
          Dirán los menos que es pura fantasía, y los más reirán de tanto ilusionismo; pero yo insisto en el diseño de aquel Archivo Akáshico: el hombre-pájaro nacía, y el lenguaje fue abierto, como el aire de entonces.
          La leyenda nos cuenta cómo fue la serpiente que encantó al Hombre con su Voz de mensajera audaz, y el “fruto prohibido” recibió aquel mordisco venenoso que lo hizo descender de su Naturaleza -Divina, al Hades; la desgracia mayor para quien viaja en la Conciencia ajena y no en la de la Luz que lo creara.
          La leyenda es ajena a los lenguajes de la Luz, pero “Esta” siempre tiene, en el trasluz de su Conciencia áurica, una imagen real para la traducción de la leyenda.
          El lenguaje del ser que silbaba amoroso en su plena conciencia de ser pájaro apenas, no alcanzó a ser un canto como fuera el sonido que lo creó, pues pereció el intento, a su puro comienzo...
          Entonces, vino Dios, en Carne propia, a “registrar” con su torrente vivo, lo que el Logos buscaba como expresión de amor.
          Y así, nació el lenguaje de la flor.
          Precipitó la Aurora su Luz, que fue encendida, como miles de auroras de hoy en día, a la vez... y redujo la luz de las Estrellas ¡que enmudecieron “todas...!”
          La flor habló, por vez primera, y fue su voz como un volcán, que recorriera el aire con su aliento de fuego, y lava viva.
          ¡Y el terror de los hombres no vió límite...!  Comenzó entonces la vorágine a avanzar y a avanzar, y la flor de los bosque siderales, se convirtió en mansa perdiz.  En ello se entretuvo la dimensión divina, mientras el Hombre hablaba como buey.
          Todo este transformarse de la Naturaleza tomó milenios, claro está.  Y los lenguajes fueron vagos, en ciertas ocasiones de vibración menor en acelere no recompensado por el Prana de Amor.
          Pero se fue recomponiendo en la atmósfera Azul, ese diagrama melodioso que trae su vibración cuando se suele repetir en ondas energéticas de bajo decibel, y entonces comenzaron los primeros intentos del sonido de Dios, en las gargantas de los Hombres.
          En el “Chakra Vishuda” creció la síntesis de Amor, y apareció la melodía “Violeta”, que acompañada por el “Verde” y sumergida hasta la propia médula en el fuerte “Amarillo”, redujo la cadencia de la voraz violencia de la flor sideral y del buey “de la Tierra”; y así acogió en su Centro de Esplendor, la melodía “Total”.
          El “Alma” de la Tierra había nacido, y con “ella” la Voz de sus entrañas mismas.
          El Alma de las cosas, les decía al comienzo, no había comenzado su descenso, en la Luz que las creara, y su voz era firme.  Clara.  Hermosa.
          Todos y Todas la entendían y no existía entonces ningún puente de oscuros resplandores, entre la esencia de las “cosas”, y su voz de armonía encantadora.
          La audacia, aquí, no sólo es necesaria para oír este mensaje de la Luz, que quiere traspasar nuestra conciencia sorda y ciega, sino que es, además, un elemento indispensable para quien viaja en esta “Barca”.
          La “Voz” es una esencia de resultado vago, todavía, en nuestro clima melodioso.  O sea, no se ha siquiera corregido en su expresión “Mayor”, los decibeles requeridos para la información de vibración correcta.
          La “Voz”, está compuesta de timbre y de modulación, que a su vez se dividen en sintonía baja o “grave”, y sintonía de niveles agudos.
          Los diversos acentos en nuestras lenguas conocidas, son debidos a tensiones áuricas del medio en que se expresan, y la relación “sincrónica” y “átona” de su extensión moduladora, puede participar de muchísimas corrientes siderales: entre otras, la del Sistema de Sirio; que en su compuesto sideral agudísimo, ha “tergiversado” la materia de luz que atraviesa el “sonido”, en este instante de los tiempos, y se prepara a “actuar” con un lenguaje decidido, que será “claro” a todos los seres de la Tierra.
          No hay excepciones, esta vez.  El lenguaje de Sirio es la preparación a la nueva experiencia de sonido, o “lenguaje” que ha de buscar la Raza Humana, a partir del momento en que el “Chakra Vishuda” cambie de función.
          Y vendrá, entonces, la memoria de los tiempos aquellos en que la Raza Humana hablaba como un cantar de alondra, y modulaba su voz como las flores siderales.
          El “rupestre” período de su “cantar de buey” será también un recordar de cuánto era imposible creer que un día iba a tener la Voz de Dios, en su propia garganta.
          La razón de las cosas, no es la “Razón de Dios”, pero forma una parte de su Esencia, y en ella se producen los elementos naturales que concentran la esencia de las cosas con la divina esencia que les regala su atributo.  Que las hace vibrar, con un sonido, o un color, o con la forma que las cubre y las prepara en el camino que han de “cruzar” un día: cuando la “voz de Dios”, anuncie la Alborada de la Nueva Conciencia.
          Era posible, se dirán aquellos y aquellas que creyeron en el ensueño vano de los dioses ya muertos y verán con asombro; jamás asimilado y jamás compensado y nunca recibido en esa especie de vibración augusta y sorpresiva; la dirección de la palabra.
          El “Logos”, consumado.
          Y con “Ello”, ese fin de lo que el ser humano llamó Verbo.  El que encarnó una vez la huella de su propia “Palabra”, y habitó en la Morada que se llamó del Padre “Celestial”, o en la “Morada de Brahman”.
          La “Mente” de la Tierra, fue la Conciencia Universal, y con ella formaron la Escala de Jacob, que habrían de escalar los elementos de la materia ígnea en acción “detractora”, o Acción Deshidratante.
          La validez de estos principios puede verificarse sólo en los casos de oscuridad elemental, como lo fuera el cataclismo de la Atlántida.
          Los demás elementos, de valores etéricos en su específico esplendor, celebrarán también un cambio en su materia vibratoria, y el lenguaje real de su modulación de alta frecuencia, descenderá, notablemente.
          No se podrá cubrir las Zonas de esplendor que ocupaba el lenguaje de los seres humanos -en el momento en que perdieron la función del Vishuda- porque no existirán las leyes del sonido, tal como ahora las conoce el científico, o el buscador de sueños imposibles.
          La “Voz de Dios”, va a decidir ese nuevo sendero iluminado y nítido que la Raza Elegida seguirá sin dudar, en su extensión total.
          La iluminación, a niveles de Luz Universal y a registros de “vacuo” o de “sonido silencioso”, será de un esplendente magnetismo atmosférico, registrado en las Zonas de emergencia total, por elementos ciegos; que en realidad, podrán sólo emitir la sensación sufrida, en el momento del fenómeno.
          Este será, a partir del instante mismo de la Gran Resurrección de la Materia Mayor, o Materia de Luz Boreal, el “circuito” en que la radiación sideral mantendrá contacto directo con la llamada “corriente alternativa”, de la Nueva Raza.
          A pesar de los malos augurios de los profetas de la Destrucción, el Planeta Tierra, en su promoción áurica totalizadora, no sufrirá la desintegración de su principio “básico”, o “térmico menor”.
          La “Luz de la Verdad”, regresará en la Hora de los Siete Colores, realizando en el Rojo, la gran colocación de su gran variedad de Fuegos en tensión ascendente; y será entonces el Naranja el que resolverá la gran “tensión”, de fuera del Espacio.
          O sea, del pránico recurso de las aguas astrales.
          En ellas, “viaja” ahora el Peregrino y la Peregrina de la Luz, en la Cámara Azul de mediodía.
          En ellas, cumplirá la Armonía del Violeta y el Canto del Naranja recordará los tonos anteriores; como cuando cantaba Azul de Noche, enamorado de su Sombra.
          Nada hará regresar, entonces, a estos seres de la Barca del Sol, hacia la Luz de los Ocasos.
          La dirección no será ambigua, ni reinará la dualidad, como gran “travesti”, que fuera, otrora.
          La marcha de la Raza está ahora en acción, y no ha de ver los tiempos de la aceleración como los vió en la Atlántida, sino que habrá de recurrir a la canción de cuna, como en los tiempos de su infancia.
          Sólo dulzura, puede conocer aquel que se amamanta de los senos maternos, y sólo Luz del Sol, conocerán los seres que vendrán a coger de su propia fruición el fruto que sembraron.
          La Luz de los Ocasos no es ya la que dirige a los seres de acción recompensada, pues no obtienen su “Luz” de la clase menor, ni de sus vibraciones estelares de tono receptivo en la agonía solar.
          La percepción solar, de la Raza de seres en la cadena alternativa de la “Escuela de Sirio”, no será percibida con el aura magnética, ni absorberá la luz condicionada de zonas de esplendor reducidoras.
          La Cadena de Sirio, en su Escuela Mayor, recibe a seres preparados en su hábito corpóreo superior, y los reduce en vibración para aclarar el “aura diferente”; lo que utilizará de inmediato el estudiante que quiere recibir el grado máximo de acción, en “una vida sola”.
          Los demás estudiantes en la propuesta nueva de la “Escuela Siriana”, dirigida por un Grupo Mayor de Hermanos Estelares, harán la Escuela Grande a medida que vayan ocupando las zonas precedidas por la memoria áurica, de “tensión” preparada en otras vidas, y así regresarán al esplendente “Centro de la Vida”: con la corona de la Luz que vierte en oro y armonía la calidad “total” de su armadura.
          La calidad, en estas zonas de esplendor, aún no es percibida por la materia etérica de la criatura humana; ni le será posible aproximarse con su hábito corpóreo, hasta no decidir la Escuela de Sirio, el gran momento de la “reintegración”.
          La modulación, incluso, en zonas de extensión nuclear radio activada, no será posible, tampoco, desplazarla, sino se cruzan antes, fronteras “marginales”.  O fronteras perdidas.
          La Luz, “activa” en su propuesta de centrifugación desactivada, realizará el encuentro de los Polos opuestos, en su actitud de nivelarlos, para la formación de zonas evacuadas; y retraer, así, en zonas áureas sutiles, la proyección de Luz Astral, que “éstos” causaron en tiempos de la Atlántida.
          El Canto Azul del Globo Tributario, será la permanencia, en el reflejo que precede su gran “Amanecer”.
          La Luz Total, vendrá en la tarde de una mañana libertaria, y el ayer cantará aquel “cantar de los cantares”.
          La “Zulamita Amada” va a surgir, como surgiera en la Conciencia de quien amó a su Dios, sobre todas las cosas... y la ilusión de aquel dominio que persiguiera la “esperanza”, no tendrá resplandores en esta nueva “Raza”.
          La “Esperanza” no es ya.
          Ahora, es el avance de la Razón de Amor Total, el mandamiento de Avatares, por milenios, el que dejará la huella de la “audacia total”.  De su rezago de lucidez, en la Conciencia Cósmica de las Almas que vagan, a la espera de Dios.
          La prohibición, que caracterizó la Vieja Era, no será conocida por la Nueva Raza, y la expansión de la armonía y la risa, habrán de ser el “motu propio” de la educación elemental, como será, además, la gran vertebración del aura vibratoria, la primera lección, en las mañanas.
          La “alegría”, será la Hija de la Gloria, de los Cielos de ayer, y TRAMAS entrará, a formar la “dimensión” de la Raza; a la espera del Amor Absoluto.
          La Escuela de la Vida, espera a sus discípulos...

                                                                     




                                                                      Brione -Suiza- XI -88-






















            It is difficult for us to conceive in theory or admit as a practical possibility the transformation of the human mentality I have suggested as a change that would naturally take place under the lead of the supra-mental truth-conciousness, because our notions about mind are rooted in an experience of human mentality in a world which starts from inconscience and proceeds trough a first almost complete nescience and a slowly lessening ignorance towards a high degree but always incomplete scope and imperfect method of only partially equipped knowledge which does not serve fully the needs of a conciousness always pushing towards its own still immeasurably distant  absolute.


          ... For mind is not in its very nature an inventor of errors, a father of lies bound down to a capacity of falsehood, wedded to its own mistakes and the leader of a stumblig life as it too largely is at present owing to our human shortcomings: it is in its origin a principle of light, an instrument put forth from the Supermind and, though set to work within limits and even set to create limits, yet the limits are luminous borders for a special working, voluntary and purposive bounds, a service of the finite ever extendig itself under the eye of infinity.


           SRI AUROBINDO
The Supramental Manifestation *[2]   (Super mind and Humanity)

                                                           
         

                    Este Cuaderno, está dedicado a la dulce                                        memoria de mi Maestro de Amor y de Yoga                                   Integral, SRI AUROBINDO.
          Por él, mi reflexión de Luz se vio cumplida, en túneles donde el peligro  me asaltaba. 
                    A la Luz Absoluta, y a su Esencia, debo el resto.



                                                                                Arathía Maitreya





[1] Hay peores peligros en esta zona de experiencia intermedia. Para los planos en los que el sadhak ha abierto ahora su conciencia –no como antes, apenas asomándose a ellos y teniendo algunas influencias, sino directamente recibiendo su impacto total- enviando un montón de ideas, impulsos, sugestiones, formaciones de todo tipo, muy a menudo totalmente opuestas la una de la otra, inconsistente o incompatible, pero presentadas de una manera tal que sobrepasan con gran fuerza sus insuficiencias y diferencias, plausibilidad y un argumento sano, o un convincente sentimiento de certeza.*** …esta es una zona por la cual muchos de los sadhaks tienen que cruzar, en la cual muchos vagan por largo tiempo y de la cual muchos de ellos nunca emergen.  Especialmente si su sadhana es en el vital y en el mental, allí tienen que encontrar muchas dificultades y muchos peligros… *** … porque esta zona intermediaria es una región de verdades a medias –y en sí misma no tiene importancia porque no existe verdad completa debajo del Supramental.  *** … Una sinceridad central, una humildad fundamental, también preservan de muchos peligros y problemas.  Uno puede entonces avanzar más rápido hacia una Luz más clara, donde sin embargo hay todavía mucha mezcla, insertes y lucha, porque la orientación es hacia la Verdad cósmica y no hacia una medio-iluminada prolongación de Maya e ignorancia.








[2] Es difícil para nosotros el concebir en teoría, o admitir como una posibilidad práctica la transformación de la mentalidad humana, yo lo he sugerido como un cambio que naturalmente tomaría lugar bajo la guía de la verdad-conciencia supra-mental, porque nuestras nociones sobre la mente están basadas en una experiencia de la mentalidad humana, en un mundo que comienza de la inconsciencia y procede a través de una primera casi completa negación y una lenta ignorancia minimizadora hacia un grado alto pero siempre incompleto radio de acción y método imperfecto equipado sólo parcialmente de conocimiento, que no sirve plenamente a las necesidades de una conciencia siempre empujando hacia su propio y distante absoluto, todavía inconmensurable. ***…Porque la mente no es, en su naturaleza real, una inventora de errores, un padre de mentiras, adherido a una capacidad de falsedad, injertado a sus propios errores y el líder de una vida sin sentido como lo es actualmente en general, debido a nuestros pobres resultados: es en sus orígenes un principio de luz, un instrumento colocado desde la Supermente y por lo tanto puesto a trabajar dentro de límites e incluso colocado para crear límites, sin embargo los límites son fronteras luminosas para un trabajo especial, lazos voluntarios con propósito, un servicio del siempre finito y expansible ser bajo la mirada del infinito.

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